Día Mundial del Ictus

En España, cada seis minutos fallece una persona por accidente cerebrovascular, la primera causa de muerte en las mujeres de nuestro país
Por Clara Bassi 29 de octubre de 2012
Img gente

El ictus es la primera causa de muerte en las mujeres y de dependencia en las personas adultas. Así de impactante es la carta de presentación del accidente cerebrovascular en España. Hoy se celebra el Día Mundial del Ictus que, bajo el lema “1de6”, pretende sensibilizar a la población sobre sus factores de riesgo. En este artículo se explica cómo prevenir el ictus y cuáles sus síntomas, para saber reconocerlo y poder acudir cuanto antes al hospital.

Cada año se producen 130.000 accidentes cerebrales en España. Son la primera causa de muerte en la mujer y de dependencia en el adulto y la segunda causa de mortalidad en nuestro país. Se estima que un tercio de las personas que padecen un ictus fallecen y que otro tercio sufrirán una discapacidad que les impedirá valerse por sí mismas.

Así de impactantes son los datos y los mensajes que se divulgarán hoy, Día Mundial del Ictus, para concienciar a la población sobre la alta frecuencia y el grave impacto de los accidentes cerebrovasculares. El principal objetivo de la campaña de sensibilización de este año, que lleva por lema «1de6«, es dar a conocer a la población cuáles son los factores de riesgo de estos episodios, para poder controlarlos y así prevenirlos, y sus síntomas, para reconocerlos y avisar, lo antes posible, a los servicios de emergencias.

El ictus o accidente cerebrovascular se debe a una hemorragia (ictus hemorrágico o derrame cerebral) o a la falta de riego sanguíneo ocasionada por la llegada de un coágulo o trombo al sistema vascular cerebral (ictus isquémico o infarto cerebral).

¿Cómo prevenir el ictus?

Para prevenir el ACV es imprescindible conocer los factores de riesgo y controlarlos
Ante las cifras de la epidemiología del ictus, es fundamental el autocuidado y evitar los factores de riesgo que pueden conducir a que se sufra un accidente cerebrovascular (ACV). Los factores de riesgo más importantes son la hipertensión, la diabetes, el tabaquismo, tener el colesterol elevado, la falta de ejercicio y padecer un tipo de arritmia, denominada fibrilación auricular, porque favorece la formación de trombos en el corazón que viajan por el torrente sanguíneo hasta el cerebro y, al llegar, obstruyen un vaso y provocan un ataque cerebral.

«Son factores similares a los de la enfermedad cardiovascular, pero que ejercen un impacto en un órgano distinto al del corazón: el cerebro. No obstante, en el ictus, el factor de riesgo más importante es la hipertensión, y con diferencia», precisa Jaime Masjuan Vallejo, coordinador del grupo de estudio de enfermedades cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

«Aunque la incidencia (nuevos casos), en general, se ha reducido un poco debido a un mejor control de los factores de riesgo, aumentan los casos de ictus con el incremento de la esperanza de vida y también en personas jóvenes, de 55 e, incluso, 40 años. Antes, a estas edades sufrir un evento de este tipo era muy raro. Esto se debe, sobre todo, a la hipertensión, el tabaco y la diabetes. En otras palabras, los ACV en personas jóvenes están provocados por un mal control de los factores de riesgo», ha expuesto Masjuan.

Reconocer un ataque cerebral

Otro aspecto crucial para recibir un tratamiento lo más precoz posible es saber conocer sus síntomas. «Hay que reconocer los síntomas de un ictus igual que se conocen los de un ataque de corazón. Entre ellos figuran: un cuadro repentino de dolor de cabeza; dificultades para articular el habla, de modo que al paciente no se le entiende o farfulla de forma súbita; problemas de visión, es decir, no ver por un ojo o ver doble; y pérdida de fuerza, sobre todo en una mano o pie», según los describe Masjuan.

«A veces, este cuadro repentino es transitorio, de 5 o 10 minutos, pero lo suficientemente serio como para acudir después a un neurólogo para que identifique estos síntomas e indique las medidas que sean necesarias de prevención de un ictus», advierte Masjuan.

Llamada al 112, activación del Código Ictus

El tratamiento precoz, lo máximo posible, de un ictus es fundamental para evitar sus importantes secuelas, caer en la dependencia y aumentar las probabilidades de supervivencia. «El tratamiento debe realizarse a tiempo, durante las primeras horas de la enfermedad. El familiar que presencia el ataque cerebral o el propio paciente, si puede, deben avisar al número 112 de emergencias«, explica Masjuan.

Esto se debe a que todas las comunidades autónomas tienen activado el Código Ictus; un protocolo de actuación acordado por los servicios de urgencias extrahospitalarias, las unidades de ictus y el sistema sanitario en su conjunto, para atender con la mayor celeridad posible estos casos. El objetivo es que la persona afectada sea trasladada en las mejores condiciones posibles a una unidad especializada.

El familiar que presencia el accidente cerebrovascular debe describir con precisión los síntomas a la telefonista, para que pueda interpretar de qué se trata, y evitar palabras y expresiones vagas como «ha sufrido un mareo o un desfallecimiento», para que no se retrase el tipo de atención que necesita el paciente, según información de Masjuan.

Tratamiento precoz de los ictus

Los casos de ictus se deben tratar siempre cuanto antes, si es posible dentro de las primeras cuatro horas y media desde la aparición de los primeros síntomas, para aumentar las posibilidades de supervivencia y minimizar sus secuelas. El tratamiento que se aplica dentro de esta llamada “ventana terapéutica”, que hace solo unos años era de tres horas, es trombolítico y tiene como objetivo disolver el trombo que ha producido el ataque.

Si se llega al hospital y ya han transcurrido esas cuatro horas y media, hay otra opción terapéutica que consiste en introducir un catéter por la ingle y en hacerlo llegar hasta el cerebro para desobstruir la arteria, igual que hacen los cardiólogos para extraer el trombo en un infarto de miocardio. Este otro tratamiento se puede aplicar hasta ocho horas después.

Hoy en día, los tratamientos disponibles permiten tratar a los pacientes de forma que el 65% queden sin ninguna secuela que podría comprometer su vida, cuando antes eran el 35%, según Jaime Masjuan. Sin embargo, el acceso a estos tratamientos es desigual en la geografía española, una inequidad asistencial que se debe corregir, porque, aunque una persona viva en una ciudad con buenos recursos asistenciales para esta enfermedad, puede sufrir un episodio de vacaciones en otra provincia. Y, advierte Masjuan, “padecerlo un lugar u otro puede marcar la diferencia entre salvarse o no, o entre quedarse o no en silla de ruedas”.

Este año, para sensibilizar a la población sobre esta dolencia, con motivo del Día Mundial del Ictus, se han montado stands informativos en distintos puntos de España, desde donde se informará y se realizarán pruebas de los factores de riesgo. Además, por primera vez, se ha creado un lazo naranja y la Sociedad Española de Neurología, SEN, ha concedido el Premio Ictus Social 2012 a la periodista de deportes, María Escario, por su fuerza de superación.

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