Entrevista

Rafael Sánchez Borrego, presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia

El 40% de las españolas, a partir de la menopausia, tienen síntomas de atrofia vaginal
Por Clara Bassi 20 de septiembre de 2011
Img rafaelsanchez
Imagen: CONSUMER EROSKI

La atrofia vaginal es el segundo síntoma por el cual se consulta con más frecuencia a los ginecólogos durante la menopausia, tras los conocidos e indeseables sofocos. Las mujeres que la padecen tienen sensación de sequedad, prurito y sienten dolor durante las relaciones sexuales coitales. A pesar de ser el segundo motivo de consulta más común, muchas aún no hablan con los especialistas y estos tampoco les preguntan. Sin embargo, hoy ya hay disponibles diferentes tratamientos hormonales idóneos para cada mujer, que mejoran de manera notable la atrofia vaginal y que, al administrarse en dosis muy bajas, casi han hecho que sus efectos secundarios sean imperceptibles. Así lo explica en esta entrevista Rafael Sánchez Borrego, presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) y director médico de Diatros Clínica de Atención a la Mujer, en Barcelona.

¿Qué es la atrofia vaginal?

Es la disminución del grosor del tejido epitelial de la vagina. Es un motivo de consulta en el momento en que acontece la menopausia, periodo que comienza cuando se acaba la etapa reproductiva. Su causa principal es la caída de estrógenos. En esa etapa, los ovarios dejan de segregar hormonas ováricas, sobre todo estrógenos y progesterona, y esta falta provoca una disminución del grosor del epitelio o capa de tejido de la vagina.

¿Cuáles son los principales síntomas?

Los síntomas principales son sequedad vaginal, picor y molestias e, incluso, dolor durante las relaciones sexuales.

¿Es un motivo de consulta frecuente de la mujer o es tabú?

“La atrofia vaginal es el síntoma más frecuente de la menopausia tras los sofocos y la sudoración”

Hay mujeres que son reacias a explicar, pero también profesionales que muestran resistencia a preguntar por él, sobre todo, cuando este problema se asocia a las relaciones sexuales o al coito. No obstante, también hay profesionales más orientados a todos estos cambios. Es todavía un poco tabú, pero en el momento en que se pregunta por ello, se convierte en el segundo síntoma más frecuente de la menopausia; el primero son los sofocos y la sudoración. De hecho, hace unos años, desde la AEEM se llevó a cabo un estudio que reveló que el 40% de las mujeres españolas, a partir de la menopausia, tienen síntomas de atrofia vaginal.

¿Puede darse en algún otro momento de la vida de la mujer?

Es posible que una niña tenga este síntoma al inicio de la menarquía (primera menstruación). Durante la etapa reproductiva, de la menarquía a la menopausia, hay acción de los estrógenos. Antes y después, puede haber síntomas de atrofia vaginal. Pero es muy raro que una niña refiera estos síntomas, ya que no tiene relaciones sexuales coitales. También puede darse en la lactancia. Pero como está asociado a la disminución del grosor vaginal, casi en el 100% de los casos, ocurre en el climaterio.

¿Afecta mucho a la calidad de vida de la mujer?

“Es necesario que la terapia hormonal se administre por vía vaginal”

Por supuesto, la disminución del epitelio (o tejido) de la vagina tiene una repercusión directa en la calidad de vida de la mujer, por la sensación y molestias que da. Repercute porque siente irritación y dolor en las relaciones sexuales. Por este motivo, desde la AEEM queremos destacar que la mujer no tiene que aceptar que sea normal. Queremos hacer una llamada tanto a las mujeres como a los profesionales.

Hay que buscar una solución entre todos.

Por supuesto, el principal beneficio de la sanidad en el siglo XXI debe ser evitar la pérdida de calidad de vida de las personas. Muchos síntomas de la menopausia, que se registran en un momento biológico natural, no son patológicos, pero provocan una disminución de la calidad de vida de la mujer.

¿Cómo se trata la atrofia vaginal?

Si la causa es una caída de estrógenos, la elección debería ser estrógenos a nivel local. En los últimos años ha habido una evolución de los tratamientos estrogénicos por vía tópica y local que, en dosis ínfimas, facilitan los efectos beneficiosos, que se buscan y evitan los resultados secundarios de cualquier fármaco. Cualquier medicamento tiene beneficios y riesgos, pero podemos dirigir la terapia, de forma que tenga los máximos beneficios y los mínimos riesgos posibles.

¿Cuál es la principal novedad terapéutica para la atrofia vaginal?

Siempre ha habido tratamientos locales, que se aplican por vía vaginal, en dosis muy bajas. Bien es cierto que estas sustancias con hormonas provocan cierta reacción al uso, pero si explicamos a las afectadas que ahora hay disponibles terapias que comportan beneficios y disminuyen al máximo los posibles riesgos, seguro que van a utilizarse más.

¿Y cuáles son esos posibles riesgos de la terapia hormonal?

“Como cada vez se elige mejor el tratamiento hormonal, las dosis y las indicaciones, sus posibles efectos secundarios se han reducido casi al completo”

En realidad, como ocurrió con el lanzamiento de los métodos anticonceptivos hace 50 años, en el momento que salen al mercado se señalan los posibles riesgos pero, poco a poco, por un mejor conocimiento en su manejo y la disminución de las dosis, se reducen casi por completo. Hay ciertos mitos sobre los efectos secundarios de la terapia hormonal pero, como cada vez se elige mejor el fármaco, las dosis y las indicaciones, sus posibles efectos secundarios se han reducido casi al completo. Hoy conocemos que es necesario que este tratamiento se administre por vía vaginal. Precisamente, el lema de este año de la AEEM con motivo del Día Internacional de la Menopausia ha sido “Salud vaginal”. Creemos que la mujer, hoy en día, no tiene por qué sufrir ningún síntoma o déficit estrogénico.

¿Figura el cáncer entre los riesgos de esta terapia hormonal?

Cualquier terapia hormonal que se administre actúa sobre todos los receptores del cuerpo. Esto significa que opera sobre todos los órganos hormonodependientes de la esfera urogenital y mamaria. El cáncer puede desarrollarse solo si se apuran las indicaciones del tratamiento y se administra durante mucho tiempo, pero en periodos cortos, en dosis bajas y en mujeres candidatas no tiene ninguna repercusión y sí tiene beneficios sobre la calidad de vida.

¿Cómo son estos tratamientos hormonales cortos?

Se consideran cortos cuando abarcan un periodo que oscila entre seis meses y tres años. El objetivo es que ayuden a hacer una transición, para que la mujer no pase de forma brusca de segregar estrógenos a no segregarlos, lo que genera toda la sintomatología característica de la menopausia. Con la terapia hormonal, esa transición permite evitar los síntomas y una devaluación de la calidad de vida. Las terapias cortas y cíclicas producen un beneficio importantísimo con mínimos efectos secundarios.

PARA LA ATROFIA VAGINAL

Entrar en la menopausia ya no tiene por qué ser una vivencia traumática para la mujer. Al menos, el padecimiento de los síntomas de esta etapa vital femenina, como los sofocos y la atrofia vaginal, se puede paliar porque las opciones para hacerlo se han multiplicado en los últimos años. Paliar este síntoma es crucial ya que, de lo contrario, aumenta progresivamente, mientras que los sofocos y los sudores nocturnos suelen desaparecer de forma espontánea en dos o tres años.

Para ello, se dispone de moléculas distintas. “Hay que tener en cuenta que el ovario segrega varios tipos de estrógenos o moléculas estrogénicas. La novedad es que cada vez hay más moléculas de estrógenos que actúan a nivel local y provocan una mejora”, explica Rafael Sánchez Borrego. “En la actualidad hay distintos tipos de componentes y de estrógenos que podemos administrar. Entre ellos, un estrógeno más natural y a dosis más bajas, el estriol, que consigue que este tratamiento tenga menos repercusiones negativas”, dice este especialista.

Desde la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) que preside, destaca que investigadores españoles y mujeres españolas han participado en un gran estudio sobre el estriol formulado en gel, que se administra por vía vaginal, y que se ha presentado este año en su 13º Congreso Mundial de la Menopausia, en Roma. Este trabajo, aceptado para su próxima publicación en una revista internacional, demuestra que “la gran mayoría de las mujeres refieren una mejoría en casi todos los síntomas de la menopausia”, entre ellos, la atrofia.

“Desde la AEEM queremos animar a las mujeres a que consulten a sus médicos y a los profesionales, que no rehúyan el hablar sobre los síntomas de la esfera urogenital y las relaciones sexuales. Aceptarlos no es normal y hay que explicarlo a las pacientes. Disponemos de un arsenal terapéutico para cada una y ello tiene que facilitar que la mujer mantenga su salud sexual, que es un componente muy importante de la calidad de vida”, concluye Sánchez Borrego.

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