El 70% de los niños de Bangladesh sufre alguna enfermedad por consumo de agua contaminada

Los menores de edad son las principales víctimas de la degradación medioambiental en todo el mundo
Por EROSKI Consumer 6 de junio de 2002

La mayor parte de los ríos de Bangladesh están contaminados y el consumo de sus aguas está haciendo que la población de este país esté contrayendo enfermedades como hepatitis B, polio, tifus y diversas enfermedades cutáneas como la sarna y la tiña, según la Fundación Intervida, una ONG de cooperación y desarrollo con los países del Tercer Mundo. Según datos de esta organización, el 70% de los menores de Bangladesh y más de la mitad de la población adulta tiene problemas de salud por el consumo de agua en mal estado.

Los ríos que recorren el país proporcionan agua a las familias más pobres que viven en la región. «Esta gente utiliza el agua insalubre para beber, cocinar, lavar e incluso para hacer sus necesidades, lo que desencadena enormes focos de infección y de transmisión de enfermedades cutáneas y gastrointestinales», apunta la Fundación.

Sin embargo, las familias más desfavorecidas no son las únicas expuestas a padecer enfermedades por el consumo de agua contaminada, sino que el problema afecta también a determinados grupos de las ciudades y a la población de las áreas rurales, donde se calcula que unos diez millones de pozos están contaminados con altos índices de arsénico. Este veneno, que provoca enfermedades cardiovasculares, cáncer de piel, pulmón, riñón y vejiga, afecta potencialmente a las 68.000 aldeas que existen en Bangladesh, señala la ONG.

Además, Bangladesh es un país vulnerable a inundaciones y ciclones, fenómenos muy habituales por esta época del año y que provocan el estancamiento de agua, por lo que Intervida alerta de que la situación podría empeorar aún más en los próximos meses.

Para paliar esta situación, ONG´s como Ayuda en Acción o la propia Fundación Intervida llevan a cabo proyectos de desarrollo en la región. Intervida, por ejemplo, ha tratado a personas afectadas por el consumo de agua contaminada y ha repartido «pastillas potabilizadoras de agua» entre las familias, mientras que Ayuda en Acción ha financiado proyectos puntuales relacionados con las áreas de educación y salud.

Los menores son las principales víctimas de la degradación medioambiental en todo el mundo, como demuestra el hecho de que cada día unos 5.500 niños y niñas mueren debido a enfermedades causadas por el consumo de agua en mal estado y alimentos contaminados con bacterias, según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

La degradación medioambiental se traduce en enfermedades agudas de las vías respiratorias y en una alta tasa de mortalidad infantil. Por todo esto, Unicef pide aumentar las inversiones en la primera infancia y sensibilizar a la ciudadanía sobre la vulnerabilidad de los pequeños ante los riesgos de salud relacionados con el medio ambiente.

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