La FAO alerta de que un tercio de la ayuda alimentaria no llega a su destino

Dice que sólo se debe enviar comida donde una crisis esté causada por la escasez de alimentos
Por EROSKI Consumer 25 de enero de 2007

Un tercio de los 600 millones de dólares que se destinan a ayuda alimentaria cada año nunca llega a su destino, porque sencillamente se queda en casa de los países donantes. Lo dice el informe anual de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que fue ayer presentado en Roma.

Los donantes se gastan ese dinero en comprar a sus productores, envasar en sus fábricas y transportar con sus medios la comida que se envía. El truco es que casi toda la ayuda alimentaria, se calcula que el 90%, está condicionada a que funcione de esta manera. Por eso, la principal reclamación de la FAO es que se eliminen estos requisitos.

Mejorar el sistema

La agencia de la ONU propone cuatro grandes reformas para mejorar el sistema. Una es eliminar las formas de ayuda alimentaria sin destinatario concreto, pues un cuarto de la mercancía termina vendiéndose en los mercados del país que la recibe. Otra, esencial, es que sólo se debe enviar comida donde una crisis esté causada por la escasez de alimentos. Si los hay, es mejor enviar a la población afectada dinero en efectivo o cupones para adquirir comida, porque si no se alteran los mercados locales. Además, puede hacer más contra el hambre reparar una carretera -invertir en infraestructuras- que enviar comida.

La tercera recomendación es comprar la comida en el país de destino sólo cuando se den condiciones adecuadas y, por último, pero la base de todo lo demás, mejorar los sistemas de información, análisis y seguimiento, para saber a qué atenerse.

Se proponen cambios significativos en la forma en que se gestiona y distribuye la ayuda alimentaria internacional

La FAO insiste en que la ayuda alimentaria debe ser una opción más, no la opción por excelencia, por ser la más fácil, en un plan de estrategia a largo plazo. La economista y coautora del informe, Terry Raney, dijo que los males atribuidos a la ayuda internacional «no pueden utilizarse como excusa para detener la asistencia».

Ayudar no es tan fácil

El informe anual de la FAO «El estado mundial de la agricultura y la alimentación (SOFA 2006)» -nacido en 1947 y el más antiguo de los que elabora la ONU- en esta ocasión, en vez de repetir como cada año lo mal que va la lucha contra el hambre, se ha centrado en averiguar en qué se puede estar equivocando.

El mundo del envío de comida a quien lo necesita es muy complejo, lleno de trampas y contradicciones. El informe, 189 páginas densas y muy interesantes, puede consultarse en www.fao.org.

Sobre los efectos económicos, el informe subraya que hay pocos datos fiables, pero responde a las tres preguntas básicas sobre el envío de comida. ¿Crea dependencia? No. ¿Altera los precios del mercado y desincentiva la agricultura local? Puede ser. ¿Desplaza el comercio y las exportaciones? Sí, aunque de forma efímera. Por todo ello, aunque la FAO piensa que el impacto de estos efectos no debe exagerarse, la solución es que la ayuda se maneje con criterio, en el momento adecuado y para el destinatario que lo necesita.

La FAO insiste en que la ayuda alimentaria debe ser una opción más, no la opción por excelencia, por ser la más fácil, en un plan de estrategia a largo plazo.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube