La educación, clave para erradicar el trabajo infantil

Hoy se celebra el Día Mundial contra una práctica a la que se ven abocados millones de niños en todo el planeta
Por EROSKI Consumer 12 de junio de 2008

El acceso a la educación como respuesta adecuada al trabajo infantil. Éste es el tema central del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se celebra hoy, 12 de junio, con la finalidad de contribuir a la erradicación de esta práctica que afecta a millones de niños y niñas en todo el mundo.

Según datos de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), el número de menores trabajadores, de 5 a 17 años, es de 218 millones, de los cuales 126 millones desempeñan una labor en condiciones peligrosas para su salud o seguridad. «A pesar del progreso alcanzado a nivel mundial en muchas áreas, es inaceptable que tantos niños todavía se vean obligados a trabajar para asegurar su sustento y el de sus familias», denuncia Juan Somavia, director general de la OIT.

En concreto, más de 70 millones de niños en edad escolar no asisten a la escuela primaria. «Muchos de ellos, así como otros que han abandonado los estudios, comienzan a trabajar a una edad temprana, a menudo muy por debajo de la edad mínima de empleo. Y cuando una familia tiene que elegir entre enviar a la escuela a un niño o a una niña, con frecuencia es la niña la que sale perdiendo», comenta Somavia, cuyo reto, dice, es ofrecer esperanza a los niños trabajadores de todo el mundo, convirtiendo en realidad su derecho a asistir a la escuela.

Objetivo del Milenio

La OIT recuerda que uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de la ONU es garantizar que todos los niños finalicen el ciclo completo de enseñanza primaria y alcanzar la igualdad de género en la educación para 2015. Y ello implica también la lucha contra el trabajo infantil y la pobreza.

El director general de la OIT subraya al respecto que varios países han introducido iniciativas innovadoras que vinculan los esfuerzos para erradicar la pobreza con la ampliación del acceso de los niños a la educación. «Este es un paso positivo», afirma.

Sin embargo, Somavia alerta de que la actual crisis alimentaria mundial amenaza con generar nuevas presiones que podrían obligar a un mayor número de niños a abandonar los estudios y buscar trabajo. «El número de víctimas del VIH/sida y los desastres naturales también aumentan la vulnerabilidad al trabajo infantil», apunta.

Para combatir esta lacra, la OIT pide a los gobiernos que proporcionen educación para todos los niños, por lo menos hasta la edad mínima de empleo; políticas educativas que lleguen a los menores que trabajan y a otros grupos excluidos; educación y formación profesional de calidad, y con los recursos adecuados; y trabajo decente para los adultos.

«El derecho a una educación ocupa una posición central entre los derechos humanos, ya que es esencial para el desarrollo y el ejercicio de los otros derechos», indica, por su parte, Global Humanitaria, ONG que lleva a cabo proyectos en varios países para incentivar la asistencia de los menores a la escuela, «partiendo de la premisa de que si el niño se mantiene dentro del sistema escolar, podrá tener mayores posibilidades cuando sea adulto».

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