Entrevista

Ana Cárcamo, Directora de Mita ONG

Quienes emigran no son, precisamente, los más pobres
Por Azucena García 31 de octubre de 2007
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Ana Cárcamo (Perú, 1952) llegó a España hace algo más de una década. Durante la búsqueda de su primer empleo, recibió muchas propuestas para trabajar en el servicio doméstico y cuidar personas mayores, pero su empeño le reservó otra salida. Licenciada en sociología, montó su propia ONG y se propuso ayudar a otras personas inmigrantes a integrarse en el mercado laboral. Hoy Mita tiene sedes en Madrid y Cataluña y presta apoyo cada año a un centenar de personas extranjeras que quieren, como Ana, depender exclusivamente de ellas mismas. “El único camino que tiene el inmigrante para mejorar su calidad de vida es montar su negocio”, sentencia.

¿Cuáles son las principales dificultades con las que se encuentran las personas inmigrantes que quieren montar su propio negocio en España?

En primer lugar, en Mita no nos gusta hablar de dificultades porque somos muy positivos. Ponemos confianza, voluntad y deseo en que las cosas salgan bien y, cuando una persona está con esta actitud emprendedora, cualquier dificultad se convierte inmediatamente en una posibilidad. En todo caso, vemos las dificultades como retos que debemos enfrentar, resolver positivamente y superar.

“Cuando una persona tiene actitud emprendedora, cualquier dificultad se convierte inmediatamente en una posibilidad”

En ese caso, ¿cuáles son los factores de éxito y de fracaso de un negocio?

Los principales factores de éxito son la experiencia en el sector en el que se desarrolla el negocio, el soporte afectivo o familiar, el dinero con el que se cuenta y el tipo de negocio. En este caso, desaconsejamos negocios donde hay mucha competencia, como tiendas de ropa o locutorios, y apostamos por negocios en los que la inversión inicial no es demasiado alta. Entre los factores de fracaso, el principal es no haber hecho un buen estudio de mercado.

¿Cree que las personas inmigrantes se han encasillado demasiado en determinados sectores como el sector servicios?

Efectivamente, los negocios étnicos son los más habituales, pero tratamos de diversificar la oferta y animar a las personas a buscar un empleo relacionado con la formación que han recibido. En Mita hemos ayudado a muchas personas a montar restaurantes, pero también hay otras muchas que trabajan como odontólogos, publicistas, diseñadores, mensajeros o informáticos. Nos hacen creer que quienes llegan a España vienen de cero, pero la verdad es que muchos llegan con una experiencia, con unos recursos intelectuales importantes. Por ello, el único camino que tiene el inmigrante para mejorar su calidad de vida es montar su negocio, porque si no lo hace se va a integrar en la sociedad con resentimiento cuando le contraten para hacer algo que nadie quiere hacer.

¿Es frecuente que titulados universitarios trabajen en puestos para los que están sobrecualificados o este grupo es una minoría en el total de personas inmigrantes que residen en España?

Quienes emigran no son, precisamente, los más pobres, sino los que tienen recursos. Son las personas que han estudiado. En este sentido, sí es frecuente que personas con estudios universitarios trabajen en puestos para los que están sobrecualificados, pero en Mita intentamos resolverlo. Cada año ‘movemos’ en microcréditos unos dos millones de euros, que sirven para ayudar a personas emprendedoras.

“Nos hacen creer que quienes llegan a España vienen de cero, pero muchos llegan con unos recursos intelectuales importantes”

¿Los microcréditos son el elemento determinante para poder abrir un negocio?

Para el inmigrante, sí. Por eso, cuando nació Mita luchábamos para que hubiera microcréditos. Había experiencias aisladas de entidades bancarias que concedían microcréditos, pero nosotros intentamos que fuera algo frecuente.

¿Quiénes son los inmigrantes más emprendedores?

Nuestra experiencia revela que las mujeres son muy organizadas para llevar un negocio y psicológicamente más fuertes. Soportan mejor los embates que se pueden presentar. Por nacionalidades, las personas latinoamericanas tienen más facilidades para abrir un negocio porque no tienen la barrera del idioma. Colombianos, peruanos y argentinos son los más emprendedores, junto con senegaleses e iraníes. También las personas chinas tienen una capacidad emprendedora impresionante, pero cuentan con sus propias redes.

¿Qué supone la integración laboral para una persona inmigrante?

Supone todo. Le aporta una mejora de la autoestima, porque se relaciona de igual a igual con todas las personas, y le permite poder brindar a su familia unas mejores condiciones de vida. Es algo increíble. El empresario es una persona muy dinámica, que quiere ser dueña de su propio destino.

“La legislación debe tener cierta flexibilidad para los negocios pequeños”

¿Cree que la legislación española discrimina a las personas extranjeras no comunitarias?

Desde luego. Por ello, desde Mita estamos luchando para cambiar la legislación. Muchos de nuestros emprendedores demoran la apertura de sus negocios porque, a pesar de tener el crédito concedido, les falta algún trámite. La Administración debería ser más flexible y aplicar la legislación a la realidad actual. Hay leyes específicas para la pequeña y mediana empresa, pero no hay ninguna para la microempresa, no hay medidas fiscales adecuadas, sino que se aplican las mismas exigencias para una tienda grande que para otra pequeña. La legislación debe tener cierta flexibilidad para los negocios pequeños.

¿Considera que, por esta razón, algunos inmigrantes se ven abocados a trabajar en la economía sumergida?

Por supuesto, tienen que trabajar en la economía sumergida porque no pueden cumplir unas exigencias tan altas. Para un empresario pequeño, es demasiada carga burocrática y económica.

¿Qué beneficios aportan estos empresarios a la economía española?

Un empresario inmigrante aporta riqueza porque desde el primer mes paga su cuota a la Seguridad Social, contrata servicios de otros empresarios españoles, etc. Pero no sólo aporta el inmigrante que es empresario, sino que, en general, los inmigrantes han equilibrado el sistema de la Seguridad Social.

¿Y qué pasará cuando estas personas se jubilen y comiencen a cobrar sus pensiones? ¿Es posible que el gasto supere al ingreso?

No creo que ocurra eso. Primero, porque mucha gente volverá a sus países, pero en todo caso ya se verá dentro de muchos años y seguro que habrá soluciones cuando se plantee el problema.

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