Compartir vivienda con una persona con síndrome de Down

El programa Viviendas Compartidas complementa la formación universitaria con la promoción de una vida independiente
Por Azucena García 9 de junio de 2009
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Imagen: Shane Gorski

La semana pasada Luigi Fantinelli viajó a Murcia para conocer su nueva casa. El próximo curso continuará en esta ciudad su carrera de Magisterio Infantil y residirá en un piso con otro estudiante. Esto será posible gracias a una iniciativa liderada por la Fundación Síndrome de Down de la Región de Murcia (FUNDOWN). El programa impulsa la convivencia entre personas con discapacidad intelectual y estudiantes sin discapacidad para favorecer la vida independiente y autónoma de los primeros.

Luigi Fantinelli es un joven italiano con síndrome de Down. Ha cumplido 22 años y estudia Magisterio Infantil. Sus méritos académicos y su afán de superación le han ayudado a obtener una beca Erasmus para estudiar el próximo curso en la Universidad de Murcia. Es un caso excepcional. Hasta ahora, Fantinelli es el primer alumno con síndrome de Down que llega a España con una de estas becas.

Durante el tiempo que permanezca en Murcia contará con el apoyo de Nuria Illán, su tutora erasmus y coordinadora del área de Viviendas Compartidas de FUNDOWN. Ella ha sido la artífice de esta experiencia, gracias a su colaboración con Nicola Cuomo, catedrático de Pedagogía de la universidad de Bolonia y tutor de Fantinelli en Italia. «Creyó que era oportuno que Luigi viniera a Murcia, no sólo porque su idioma es similar al nuestro, sino porque aquí se daba un hecho relevante», explica.

La Universidad de Murcia y FUNDOWN impulsan, a través de un convenio de colaboración, el programa Viviendas Compartidas. La iniciativa apuesta por la convivencia entre estudiantes con discapacidad intelectual y alumnos voluntarios sin discapacidad. «Esta oportunidad permite complementar la formación universitaria con la promoción de una vida independiente y autónoma», asegura Illán. «Es un hecho histórico por el que hemos tenido que luchar mucho», añade.

Cómo participar en el programa

El proyecto se puso en marcha a comienzos de este curso. FUNDOWN y la Universidad firmaron un convenio de colaboración que regula la estancia en pisos de los estudiantes universitarios. Ellos son quienes ejercen de mediadores con las personas discapacitadas. Realizan un periodo de formación en las denominadas Escuelas de Vida, donde «se les traslada la filosofía de vida independiente y se les enseña a resolver los conflictos que pueden surgir durante la convivencia».

Los estudiantes voluntarios reciben una vivienda y manutención gratuitas, además del reconocimiento de créditos académicos

Los estudiantes voluntarios reciben una vivienda y manutención gratuitas, además del reconocimiento de créditos académicos. Por su parte, los jóvenes con discapacidad intelectual reciben apoyo en sus tareas cotidianas «con el objetivo de que al término de su estancia estén preparados para vivir de forma autónoma», explican desde Down España.

En la actualidad, la Fundación dispone de un total de seis viviendas a disposición de este programa, pero en febrero del próximo año espera inaugurar el Centro de Promoción de la Autonomía Personal (CEPAP). El edificio contará con infraestructura necesaria para formar en autonomía a 50 jóvenes con discapacidad y hasta una docena de viviendas.

«Apostamos por la convivencia entre jóvenes de la Fundación y estudiantes universitarios que reciben una beca para usar la vivienda a cambio de su tiempo y de servir como modelo para las personas con discapacidad», señala Illán. Durante el tiempo que dura la convivencia, los estudiantes voluntarios ayudan a las personas con síndrome de Down a desarrollar su autonomía.

Compañeros de piso

La ocupación de las viviendas no es fija. A veces conviven dos personas y, otras veces, los compañeros de piso son tres. Lo importante es “quitar el miedo” a los estudiantes voluntarios, que actúan de mediadores. En general, hay un mediador por vivienda o dos, “según las características de las personas, el grado de formación y el nivel de conocimiento sobre discapacidad que exige la situación”, señala Illán.

Se pide a los estudiantes que se comprometan a permanecer en la vivienda durante un curso académico

Esta experiencia se extiende a lo largo del año académico. Los estudiantes se preparan desde enero y se comprometen a permanecer en la vivienda por un curso académico. En casos excepcionales, toman parte en el programa durante un máximo de cuatro o cinco años consecutivos.

Contacto. Los estudiantes interesados en participar en esta experiencia deben ponerse en contacto con el área de coordinación del programa: 654 998 728.

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