Viviendas para estudiantes

Se prevé la construcción de 10.000 'minipisos' universitarios con un alquiler máximo de 200 euros
Por Azucena García 27 de abril de 2007
Img pisos
Imagen: Víctor Broto

La subida del precio del alquiler y la escasa oferta actual imposibilita a miles de estudiantes encontrar una vivienda acorde a sus circunstancias: poco presupuesto y la necesidad de vivir cerca del lugar de estudios al menos cuatro años. Se estima que cerca de 48.000 estudiantes necesitan un arrendamiento cada año, mientras que las plazas en residencias y colegios mayores apenas alcanzan a unos cuantos miles. Para paliar esta situación, el Ministerio de Vivienda pretende construir 10.000 pisos de entre 30 y 45 metros cuadrados, a un precio mínimo de 75 euros y un coste máximo de 200. Aún no hay fecha para el inicio de las obras, pero ya han comenzado a firmarse acuerdos. Las universidades de Zaragoza y Cantabria son, por el momento, las pioneras. Aún escépticos, los estudiantes afirman que la intención del Gobierno es buena, pero insuficiente ya que, según afirman, “ni siquiera se beneficiará el 1% de los estudiantes”.

Nuevo plan de alquiler para estudiantes

El Ministerio de Vivienda acaba de anunciar su intención de construir 10.000 pisos universitarios entre 30 y 45 metros cuadrados útiles, con espacios comunes y alquileres entre 75 y 200 euros, dependiendo del tipo de piso y de la ciudad en la que se ubique. Se trata del denominado Programa ‘Viviendas Universitarias’, una iniciativa que se enmarca dentro del programa de Vivienda Joven en Alquiler del Plan Estatal de Vivienda 2005-2008. Sus objetivos son crear un parque público de inmuebles universitarios protegidos en alquiler, fomentar la emancipación y autonomía de las personas jóvenes, mejorar las condiciones de igualdad de oportunidades favoreciendo la movilidad y la elección de estudios y universidades, e implicarlas en las políticas de vivienda para que puedan ofrecer servicios integrales a la comunidad universitaria. En total, el proyecto supondrá una inversión que rondará los 300 millones de euros, de los que el Ministerio financiará más del 50%. Se calcula que cada año 48.000 alumnos y alumnas necesitan casa, según un estudio de la Federación de Usuarios y Consumidores Independientes (FUCI). El 74% de ellos opta por un piso compartido.

“El principal fin debe ser facilitar la movilidad de los alumnos para que puedan estudiar en otras ciudades”

Para el tesorero de la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas (CREUP), Bruno de Diego, esta propuesta oficial es una idea “que parece buena”, pero considera que, “en el fondo, busca más reducir la venta y fomentar el alquiler, con el riesgo de que las universidades acaben enladrillándose”. Asegura que el principal fin de este proyecto debe ser facilitar la movilidad de los alumnos y alumnas para que puedan estudiar en otras ciudades de España y del extranjero, puesto que la oferta actual se limita a residencias de estudiantes, “la mayoría privadas o concertadas, con un precio alto”. En este sentido, asevera que ante el empleo de dinero y terreno públicos, no se debe caer en el error de construir viviendas para funcionarios, cuando quienes principalmente las necesitan son los estudiantes, y discrepa con la idea de reservar estos ‘minipisos’ tanto para alumnos, como para investigadores o profesores. “Se está desvirtuando la idea de lo público”, advierte.

Por otro lado, Bruno de Diego considera que la iniciativa debería estar dirigida exclusivamente a universidades públicas (el Ministerio no ha descartado la posibilidad de que los centros privados puedan adherirse), puesto que éstas cuentan con casi 1,3 millones de estudiantes, frente a los 200.000 de las universidades privadas. Por ello, confía “en que se corrija este error”, así como el número total de viviendas proyectadas, “claramente insuficiente porque ni siquiera se beneficiaría el 1% de los estudiantes”. “No es que falten casas, es que hay muchas vacías”, se queja el tesorero de la CREUP, quien apunta que con el dinero que se va a destinar a este programa se podría crear una bolsa para ayudar a los propietarios de casas vacías. “Se podrían dar ayudas a los dueños de estos pisos -plantea- para subsanar los casos de impago o arreglar las viviendas antes de sacarlas al mercado de alquiler. Puede haber otras vías que pueden ayudar a más estudiantes, por ello creemos que no se ataca de fondo el problema”.

Respecto al carácter rotatorio que tendrán estos pisos, con un plazo de arrendamiento de cinco años que podrá ampliarse durante un año más, el presidente del Consejo de Estudiantes de la Universidad de Cantabria, Alfonso Santibáñez, reclama que no se limite el periodo de renta, puesto que algunos estudiantes pueden llegar a permanecer en la universidad hasta ocho años antes de terminar la carrera. “Hay personas que están en la universidad tres años y otras ocho, por lo que no nos parece que se tengan que poner plazos, sino que se debería analizar la situación año a año y permitir mantener la vivienda de acuerdo a un mínimo de asignaturas aprobadas, por ejemplo”, propone. Asimismo, además de esta cuestión, De Diego mantiene que el lugar proyectado para las viviendas, en el entorno de las universidades, no es el más idóneo, puesto que estos centros suelen estar ubicados lejos del centro urbano de las ciudades, lo que significaría alejar a los estudiantes también del centro de las urbes y limitar su vida académica al entorno de la universidad.

Proyectos en marcha

El plazo para la entrada en funcionamiento de estas viviendas aún no está fijado, ni siquiera el inicio de las primeras construcciones tiene fecha. Lo que se mantiene, de momento, es el compromiso de la Universidad Carlos III de Madrid para levantar 190 apartamentos en el campus de Getafe ( CONSUMER EROSKI se ha puesto en contacto con este centro, que asegura no tener los detalles y fechas aún marcados), dos convenios firmados entre el Ministerio y las universidades de Zaragoza y Cantabria, y un proyecto de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) para disponer de 218 viviendas universitarias de protección oficial, en régimen de alquiler, en el espacio que ahora ocupa la antigua cárcel La Galera. Según explican desde este centro, el proyecto se enmarca en el programa anunciado por el Ministerio de Vivienda, aunque la propuesta “venía de antes”. La intención es aprovechar el citado edificio, con una superficie de 15.000 metros cuadrados, para poner en pie un total de 378 plazas de residencia. El coste del proyecto, que podría iniciarse en el segundo semestre de este año, asciende a 14.3 millones de euros.

En estos momentos, la Universidad de Alcalá de Henares dispone de casi 1.000 plazas de alojamiento, repartidas entre sus residencias de CRUSA (600 plazas) y RESA (cerca de 400). El objetivo es alcanzar las 1.500 plazas de alojamiento universitario de aquí a 2008, puesto que la demanda actual supera las 5.000 plazas entre estudiantes que proceden de otras provincias (1.002) y del extranjero (unos 3.800). El programa del Ministerio plantea tanto la construcción de edificios nuevos como la rehabilitación de otros antiguos que pertenezcan a los diferentes campus. En cuanto a la adjudicación de las plazas, se gestionará desde la propia universidad, aunque aún se desconoce, por ejemplo, si será necesario alquilar la vivienda durante todo el año para mantener la reserva de plaza o se podrá limitar el arrendamiento al periodo lectivo, de octubre a junio.

“Construir pisos de alquiler con 30-40 metros y un alquiler que puede alcanzar los 200 euros no supone ninguna mejora”

Respecto al convenio firmado con la Universidad de Zaragoza, supondrá la construcción de 600 viviendas en los campus de Zaragoza (500 pisos), Huesca (50) y Teruel (50). Por su parte, el acuerdo con la Universidad de Cantabria sumará 110 inmuebles más en los campus de Santander (60 viviendas) y Torrelavega (50). A juicio del presidente del Consejo de Estudiantes, Alfonso Santibáñez, se trata de una cifra insuficiente “porque la demanda que hay de viviendas en el campus es superior a las mil personas, lo que supone que en este caso no se absorberá ni el 10% de la misma”. Además, considera que construir pisos de alquiler de 30 a 45 metros cuadrados, con un alquiler que puede llegar a alcanzar los 200 euros, “no supone ninguna mejora, puesto que ahora mismo alquilar una casa de unos 90 metros cuadrados cuesta prácticamente lo mismo si se comparte entre tres personas”.

Santibáñez denuncia que los minipisos proyectados “no tienen toda la ‘dignidad’ deseada”, y se muestra “escéptico” con la propuesta de Vivienda, a quien reprocha que no haya consultado su iniciativa con todos los estudiantes. Entre sus reivindicaciones destacan la construcción de viviendas dignas, “no espacios de 35 metros cuadrados”, que se puedan compartir con más personas y que tengan un precio razonable: “Se entiende por un alquiler barato en una casa compartida no pagar más de 100 euros mensuales”. También reclama más ayudas para los estudiantes que necesitan alquilar una casa y más plazas en residencias universitarias, “porque ahora mismo la demanda duplica a la oferta”.

Diferentes tipos de alojamiento

El alquiler de la vivienda en España ha subido una media del 4,5% en el último año, 2,1 puntos por encima de la variación del Índice General de Precios de Consumo, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta situación, unida a la escasez del mercado de alquiler, complica la posibilidad de acceder a una vivienda, por mucho que se decida compartirla. En este contexto, los estudiantes han comenzado a buscar alternativas y algunas universidades a ofrecerlas. Es el caso de la Universidad de Navarra, que cuenta con un Servicio de Alojamiento para facilitar la búsqueda de plaza en colegios mayores (entre 510 y 800 euros), residencias universitarias (entre 520 y 650 euros), clubes universitarios que ofrecen pisos muy próximos al campus (entre 500 y 650 euros) o centros de estudio y trabajo. Otra opción es residir durante el curso con una familia de acogida, que ofrece alojamiento en habitaciones individuales o dobles y que permite la posibilidad de contar con servicios de limpieza, lavandería y pensión completa. La cuantía mensual aproximada varía, según los servicios, entre 300 y 600 euros.

Otra opción es vivir con una familia de acogida, que ofrezca alojamiento en habitaciones individuales y dobles, así como servicio de limpieza

También la Universidad de Valencia dispone del Centro de Asesoramiento y Dinamización del Estudiante (CADE), con información de la oferta de viviendas en la provincia y el programa intergeneracional ‘Vivir y convivir’, gestionado a través de un convenio firmado con Caixa Cataluña y el Ayuntamiento de Valencia. Esta iniciativa ofrece a los estudiantes la posibilidad de convivir con personas mayores a cambio de alojamiento gratuito durante el curso académico, además de una pequeña ayuda económica. Se trata de un programa similar al de las universidades de Cantabria (programa de Vivienda Compartida) y Zaragoza (programa ‘Vive y Convive’), en el que una persona mayor ofrece su vivienda para que conviva con ella una persona joven, estudiante de las citadas universidades. En este caso, tanto los jóvenes como las personas mayores adquieren un compromiso por escrito donde, además del respeto mutuo, se establecen los derechos y los deberes de cada uno de ellos. Así, los estudiantes no deben pagar nada como alquiler, pero sí deben comprometerse a colaborar en las tareas domésticas y proporcionar compañía a su casera o casero. En el convenio de Zaragoza, además, la persona acogedora percibe mensualmente una ayuda económica de 100 euros, para compensar el incremento del gasto de los consumos, y el estudiante recibe una ayuda de 490 euros por curso académico.

A pesar de que estas fórmulas no son, a priori, las más elegidas por los estudiantes, el futuro parece apuntar hacia el incremento de las mismas. De hecho, el Ayuntamiento de Gandia (Valencia) prevé la construcción de una residencia universitaria en el sector del Grau, que contará con 100 viviendas en régimen de alquiler para jóvenes estudiantes y otras 40 tuteladas para personas mayores. Constituye un proyecto pionero en España, con un modelo de vivienda social en renta para facilitar el acceso a la misma a jóvenes estudiantes y a gente mayor. Los pisos para jóvenes estudiantes ocuparán un espacio de 45 metros cuadrados y tendrán una habitación, sala de estar, cocina y baño. Además, cada 14 pisos habrá una amplia zona destinada a salas de estudio y espacios comunes. El alquiler de estos pisos costará 205 euros mensuales. Se prevé que las obras comiencen antes de verano para que el edificio pueda estar listo en 2009.

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