Economizar en neumáticos sin pérdida de seguridad

Existen varios factores que afectan a la duración media de un neumático, como la temperatura del ambiente o su propia disposición en uno u otro eje. Sin embargo, podemos lograr que la duración sea un poco superior si seguimos una serie de medidas tendentes a reducir un poco el desgaste que sufren.
Por EROSKI Consumer 5 de marzo de 2003

Los neumáticos deben cambiarse siempre que se llegue al mínimo legal de grosor de la goma, que es de 1,6 mm. Para saber si el neumático ha llegado a ese límite, suelen llevar unos «testigos de desgaste» situados en las ranuras principales del dibujo. Normalmente, cuando no están muy desgastados, estos testigos están intactos, pero cuando llegamos a 1,6 mm el testigo empieza a desgastarse también, avisándonos de que toca cambiar esa rueda.

La razón de que al reducirse el grosor de la goma hasta 1,6 mm. se deba cambiar la rueda es porque a partir de ese momento la seguridad del vehículo peligra. Además, supone una infracción que trae asociada sanción.

Para lograr que los neumáticos duren más tiempo las medidas que puede tomar son:

Verificación de la presión una vez al mes. Es importante esta se haga «en frío», es decir, no es conveniente haber recorrido más de 3 kms. con el coche, pues la goma se calienta. Al verificar la presión lleve el coche sin carga y sin ocupantes, pues esto puede hacer que introduzca en sus neumáticos una presión no adecuada. Además, las tablas de presión de neumáticos se confeccionan con el coche vacío. Si lleva los neumáticos con poca presión el rozamiento del neumático es mayor que el que debiera y puede provocar deformaciones innecesarias, lo que aumenta las probabilidades de sufrir un pinchazo.

Revise el paralelismo de los neumáticos. Si tienen inclinación hacia fuera o hacia adentro, el desgaste será irregular en la parte de mayor rozamiento con el suelo.

Cuidar el estilo de conducción. La conducción a gran velocidad provoca un mayor desgaste del neumático en las curvas por una mayor necesidad de agarre y en la frenada, pues no es lo mismo frenar a 50 Kms/hora que a 100 Kms./hora.

Permutar las ruedas. Cambiando las ruedas de posición conseguiremos que los neumáticos menos desgastados ocupen el lugar de mayor desgaste y, por tanto, todas las ruedas vayan desgastándose a la par. La permuta es conveniente hacerla entre cada 5.000 y 10.000 Kms., ya que las de delante y las de detrás no se desgastan igual.

Al permutar las ruedas, cuando las cambiemos, deberemos cambiar las cuatro a la vez con lo que ese gasto implica. Un remedio «intermedio» muy extendido es cambiar las ruedas de dos en dos, pues siempre hay un par que sufre más, dependiendo de si la tracción del vehículo es delantera o trasera.

Es el caso de decidir cambiar de dos en dos las ruedas, Michelin recomienda que pongamos los neumáticos nuevos en la parte trasera, pues esto nos da mayor seguridad en la conducción en caso de situaciones imprevistas difíciles (frenazos, derrapajes, etc) y, sobre todo, con el suelo mojado. Según pruebas realizadas por ellos, lograremos de este modo:

Mayor adherencia en las curvas

Buena estabilidad en la frenada

Mayor seguridad

Esto se debe a que si los neumáticos delanteros derrapan, el reflejo del conductor de girar la dirección en sentido contrario puede ayudarle más fácilmente a restablecer el control del vehículo, mientras que si derrapan las ruedas de atrás es más difícil este control.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube