Los bellos paisajes de Guatemala camuflan una realidad menos agradable, esa en la que cada día nacen 23 niños condenados al hambre y mueren otros 38 por causas evitables. La pobreza infantil es una realidad y un “dato terrorífico”, resalta Aridane Hernández, consultor en políticas sociales y económicas de UNICEF Guatemala entre 2008 y 2012. En esta entrevista describe un país de “gente maravillosa y cultura milenaria” que, sin embargo, tiene “grandes desafíos sociales, económicos, culturales y políticos”. Casi el 90% de los homicidios contra mujeres quedan impunes, la mitad de los menores de cinco años están desnutridos y la educación primaria es gratuita solo desde 2009. Además, Guatemala es el cuarto país más vulnerable al cambio climático. Inundaciones, terremotos y deslizamientos de tierra son una amenaza que afecta e impacta en las condiciones de vida de los guatemaltecos, aunque no de todos. “Las niñas son especialmente vulnerables”, sobre todo, entre las poblaciones indígenas y rurales.
Es un país bellísimo, la gente es maravillosa y tiene una cultura milenaria. No obstante, presenta grandes desafíos sociales, económicos, culturales y políticos para el desarrollo de lo que en realidad importa: las personas.
“El 87% de los homicidios contra mujeres entre 2007 y 2011 quedaron impunes”
Según el índice de igualdad de género, Guatemala es el país de América Latina con menos oportunidades políticas, sociales y económicas para las mujeres. Entre enero de 2007 y noviembre de 2011, el país registró 3.272 homicidios contra mujeres. El 87% quedaron en la impunidad.
Todos los derechos son para todas las personas en todos los lugares. Cada vez hay mayor conciencia sobre la igualdad de las mujeres, pero el camino por recorrer sigue siendo largo, aunque muy necesario, para asegurar las oportunidades de toda la ciudadanía.
Rotundamente sí.
“Una niña rural, pobre, de familia numerosa y madre analfabeta tiene menos de un 10% de posibilidades de completar la educación primaria”
Según el Banco Mundial, una niña rural, pobre, de familia numerosa y madre analfabeta tiene menos de un 10% de posibilidades de completar la educación primaria. En contraposición, un niño del área urbana, con un hermano y donde sus progenitores tienen mayor educación tiene hasta un 80% de posibilidades de terminar primaria. La educación es, por tanto, la base del desarrollo: reducir la inequidad educativa es asegurar el desarrollo igualitario.
Desde el punto de vista legal, sí. El 75% del marco legislativo guatemalteco está en consonancia con la Convención de los Derechos del Niño.
La tasa de mortalidad entre menores de cinco años es de 45 por cada mil nacidos vivos, el doble que el promedio latinoamericano, donde el 80% de las muertes ocurren durante el primer año de vida. Entre la población rural e indígena, esta tasa supera el 50%. Estas muertes, la mayoría evitables, se deben a la falta de acceso y disponibilidad de los servicios de salud, algo esencial para avanzar en la equidad.
Cada hora nacen en Guatemala 23 niños y niñas condenados al hambre. Este es un dato terrorífico. Pero la cifra es aún más impactante cuando se le pone cara y se conoce a estas personas. Tengo un recuerdo muy especial de Kimberly Ramirez, una niña indígena de 10 años que, pese a las adversidades, demuestra cada día que existe una Guatemala positiva, que cree en una convivencia en igualdad de todas las personas.
“El promedio de pobreza infantil y adolescente en Guatemala es del 62,2%”
El 40% de la población guatemalteca se autodefine como indígena y es el grupo poblacional que más inequidades padece. El 79,1% de las niñas, niños y adolescentes indígenas viven en condiciones de pobreza monetaria. El promedio de pobreza infantil y adolescente del país es del 62,2%.
Guatemala es, además, el sexto país del mundo y el primero de América Latina donde más niños y niñas están desnutridos: el 50% de los menores de cinco años. Entre la población indígena este porcentaje llega al 66% y, en algunos municipios, supera el 90%. En la educación, las brechas de inequidad también son amplias.
La situación de la población indígena y las grandes brechas de desigualdad son conocidas y empiezan a estar reconocidas por los actores. También está demostrado que la inequidad le cuesta dinero al país por pérdidas en productividad, más presión sobre los servicios públicos, etcétera.
Según el Instituto Nacional de Estadística de Guatemala, su sueldo ascendería, en promedio, a 171 euros, un 18% menos que el de los hombres. El salario está por debajo de la cesta básica (244 euros).
“Una mujer trabajadora no puede comprar los alimentos básicos para que su hijo crezca en condiciones óptimas”
Podría comprar algunos alimentos, pero no los considerados básicos para que su hijo o hija crezca en las condiciones óptimas. Un trabajador o trabajadora con el salario mínimo tendría que trabajar una hora y media para poder comprar un litro de leche.
La educación primaria en Guatemala es gratuita solo desde el año 2009: ese año la matrícula educativa superó el 98%. Antes, en vez de un derecho, era un privilegio y, lamentablemente, con la crisis económica, el porcentaje de matriculación ha caído más de cuatro puntos. La brecha entre niñas y niños es alta, a pesar de que las niñas aprovechan mejor el tiempo en el colegio.
Al pensar en cambio climático, se piensa a nivel global. Sin embargo, este afecta a los países en desarrollo y tiene consecuencias concretas en Guatemala. “Es el cuarto país más vulnerable por el cambio climático a nivel mundial, donde el 21% de la población vive en lugares muy vulnerables y el 83% del PIB se produce en zona de riesgo frente a catástrofes naturales“, explica Aridane Hernández. “Hablamos de inundaciones, terremotos, deslizamientos de tierra… lo que afecta e impacta en las condiciones de vida, sobre todo de la población más vulnerable, que puede perder todo, desde vivienda a cultivos”, detalla. Por género, “las niñas -agrega- son especialmente vulnerables”.
