Los farmacéuticos de Almería no exigen receta para dispensar antibióticos, denuncia la UCE

Un estudio revela que "la venta de antibióticos sin receta médica es una realidad" en Andalucía
Por EROSKI Consumer 24 de septiembre de 2001

La Unión de Consumidores de España en Almería, UCE, denuncia que los farmacéuticos almerienses no exigen la receta de prescripción médica a la hora de despachar antibióticos como exige la Ley, según informa esta organización. Un estudio realizado en toda la comunidad andaluza a partir de la compra de dos artículos, llevada a cabo en cinco farmacias de cada capital de provincia, demuestra que «la venta de antibióticos sin receta médica es una realidad».

El 70% de las farmacias andaluzas a las que se fue a comprar Clamoxyl 500 mg. y Lincocin 600 mg. Inyectable, vendieron estos medicamentos sin solicitar la receta médica necesaria. Almería fue junto a Huelva y Córdoba la capital en la que menos reticencias se pusieron. En las cinco farmacias visitadas en cada una de estas comunidades no se pusieron pegas, se compraron sin receta.

Mientras, en Granada y Jaén no se dispensaron los medicamentos e incluso se informó al cliente de los requisitos pertinentes. Lo mismo ocurrió en un despacho de Cádiz, Sevilla y Málaga, donde el farmacéutico reclamó la correspondiente receta del médico.

Desde la Unión de Consumidores se llama la atención en especial hacia el medicamento denominado Lincocin 600 mg. Inyectable, pues «sólo puede ser administrado en casos de diagnóstico hospitalario».

Ante los resultados obtenidos se ha enviado el estudio al consejero de Salud y a la directora de Salud Pública de la Junta de Andalucía «para que tomen cartas en un asunto tan importante y pongan en marcha cuanto antes los mecanismos necesarios para atajar el problema sanitario que plantea el mal uso de los antibióticos».

UCE recomienda tanto a los profesionales como a los ciudadanos a ser responsables ante el uso de medicamentos, en especial el de antibióticos, ya que su abuso y su mal uso puede traer problemas de salud, pues de esta forma se pierde la eficacia de la sustancia. Señalan que «en el consumo responsable de medicamentos los consumidores tenemos un papel muy importante, pero no lo es menos el de los farmacéuticos, que no sólo no pueden dispensar antibióticos sin receta, sino que por el contrario deben asesorar a los ciudadanos que acuden a sus establecimientos «.

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