Murciélagos

A pesar de su mala fama, son animales inofensivos de gran importancia en la Naturaleza y de gran interés para la Medicina o la Agricultura
Por Alex Fernández Muerza 21 de abril de 2006

El mismo origen de la palabra murciélago ya denota que se trata de un animal muy poco conocido. Del latín «mus» (ratón) y «caeculus» (ciego), sólo comparten con las ratas un cierto parecido físico. En cuanto a su visión, no se los considera ciegos, ya que muchos tipos de murciélagos, además de su sistema de sónar, emplean sus pequeños ojos para diferentes actividades.

En realidad, los murciélagos son unos animales inofensivos que no atacan casi nunca y sólo muerden cuando se les coge. Actualmente, una quinta parte de las especies de mamíferos vivos son murciélagos, y salvo en las regiones polares y algunas islas oceánicas, sus más de mil variantes se encuentran repartidas por todo el mundo.

A pesar de ello, algunos se encuentran en peligro de extinción, sobre todo debido a los incendios, provocados mayoritariamente por el ser humano; el uso de pesticidas agrícolas, que provoca una merma de insectos; o las perturbaciones en sus refugios habituales. Por ello, los murciélagos están protegidos por la ley en muchos países. Los expertos en conservación abogan por la colocación de refugios artificiales en zonas de arbolado y de vallado periférico en las cuevas, especialmente en época de reproducción, para evitar su desaparición.

Según la especie, su dieta está compuesta de polen, fruta, néctar, insectos o pequeños animales, por lo que cumplen una importante labor en la naturaleza como controladores naturales de plagas de insectos o como polinizadores. Sólo el «vampiro» (Desmodus rotundus), que habita en las regiones tropicales de América del Sur, se alimenta de sangre de mamíferos de gran tamaño, como equinos y bovinos, y rara vez atacan al hombre.

A pesar de su gran diversidad, algunos se encuentran en peligro de extinción
El murciélago es el único mamífero capaz de volar, y su nombre científico, quiróptero, del griego «quiros» (mano), y «optero» (ala) se debe a que su ala es muy similar a una mano humana abierta y cubierta por una membrana. Su origen se remonta a unos 50 millones de años, cuando se vivió una explosión de biodiversidad sin precedentes entre los mamíferos. Se trata de animales bastante sedentarios y sus desplazamientos son cortos. Aprovechan la noche para cazar, utilizando su famosa capacidad de emitir ondas de alta frecuencia para guiarse y distinguir su presa del «ruido de fondo». Recientemente, un estudio de la Universidad estadounidense de Maryland demostraba que los murciélagos tienen métodos para la ecolocalización de su alimento más complejos de lo que se creía hasta ahora.

De entre todos los mamíferos, la hembra del murciélago es, al parecer, la única capaz de controlar el momento de la fecundación. Aunque el apareamiento de muchas especies se produce en otoño, la hembra almacena el esperma del macho y ovula durante la primavera siguiente. Su capacidad de hibernación también es sorprendente: entran en este estado con más rapidez y facilidad que cualquier otro mamífero, y pueden sobrevivir durante muchos meses a temperaturas frías, incluso en el interior de frigoríficos, sin necesidad de alimentarse.

En España se conocen 29 especies, algunas de las cuales son únicas en Europa, como el ratonero patudo, que vive en el parque María Luisa (Sevilla), en Doñana y en el Zoo de Jerez de la Frontera (Cádiz). Por su parte, el murciélago más grande de Europa, el nóctulo gigante (Nyctalus lasiopterus) habita en un hayedo del parque natural de la Garrotxa (Barcelona). Los murciélagos forestales, que abundan en el norte, y los cavernícolas, que prefieren el litoral mediterráneo, son los más resistentes a sus principales amenazas.

Usos médicos y agrícolas

La Medicina tiene también un interés especial por estos animales. Las paredes arteriales de los murciélagos apenas se deterioran con el paso del tiempo, por lo que se estudia la manera de utilizar esta característica para la lucha contra la arteriosclerosis. Por otra parte, su resistencia a infecciones virulentas, mortales para otros mamíferos (como la rabia) abre un campo de investigación de nuevos medicamentos.

Asimismo, la mezcla de sus excrementos con los restos de alimento y sus propios cadáveres da como resultado un abono de gran calidad para usos agrícolas denominado guano.

No obstante, debido al riesgo de transmisión de la rabia en humanos, y de los problemas de salud asociados al guano, los murciélagos deben evitarse en las partes habitables de las casas.

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