La siesta ideal: 30 minutos y en el sofá

Dormir después de comer es una costumbre profundamente arraigada en los países mediterráneos. Bien realizada, esta pausa aporta beneficios físicos y mentales
Por Sonia Recio 14 de agosto de 2025
siesta sofá
Imagen: WOKANDAPIX
La siesta, ese pequeño paréntesis tan defendido en los países mediterráneos, ha dejado de ser vista como un lujo. Hoy, la ciencia la respalda como un hábito saludable, capaz de mejorar el bienestar físico y mental. Pero ¿cómo debe ser una siesta para aprovechar realmente sus beneficios? La clave, según los expertos en sueño, está en la brevedad. No debe superar los 20 o 30 minutos. Ese lapso es suficiente para recargar energía y reducir la fatiga, sin entrar en fases profundas del sueño que dificultan el despertar y pueden dejar sensación de aturdimiento. El momento del día importa, y el lugar también. Conoce el porqué.

📌 Ya estamos en WhatsApp y Telegram. ¡Entra y síguenos!

😴 ¿Qué beneficios tiene echarse una siesta?

Dormir unos minutos después de comer no es solo una costumbre mediterránea: es una práctica respaldada por la ciencia que mejora el cuerpo y la mente. Lejos de ser una pérdida de tiempo, constituye una herramienta eficaz afrontar la segunda mitad del día con más energía.

Estos son sus principales beneficios:

🧠 Mejora del rendimiento cognitivo

Dormir entre 10 y 30 minutos puede potenciar la memoria, estimular la creatividad y mejorar la resolución de problemas. También incrementa la atención y el estado de alerta, lo que se traduce en mayor productividad. Según un estudio de la Universidad de Berkeley (EE. UU.), quienes la duermen rinden más por las tardes y aumentan en un 10 % su capacidad de adquirir conocimientos.

❤️ Corazón más protegido

Los beneficios también alcanzan la salud cardiovascular. Un estudio presentado en 2023 en un congreso organizado por la Sociedad Española de Cardiología reveló que las siestas de hasta 30 minutos, combinadas con un sueño nocturno regular, se asocian con una menor incidencia de fibrilación auricular, la arritmia más común. Además, según la Fundación Española del Corazón, esta pausa puede reducir hasta en un 37 % el estrés y el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

🎉 Bienestar emocional

Durante una siesta breve, los niveles de cortisol —la hormona del estrés— disminuyen, generando una sensación de calma y bienestar.

30 minutos siesta
Imagen: Security

😴 ¿Cuánto debe durar una siesta para que sea efectiva?

La clave de una buena siesta está en la brevedad: debe durar entre 20 y 30 minutos. Este tiempo es más que suficiente para recargar energías sin caer en las fases profundas del sueño, lo que evita esa sensación de aturdimiento o desorientación al despertar, un fenómeno bautizado como “inercia del sueño”. Si la siesta se extiende entre 60 y 90 minutos, puede alterar el sueño nocturno y generar más cansancio.

Una forma curiosa —pero muy efectiva— de sacarle el máximo partido a la siesta es lo que se conoce como “coffee nap” o siesta con café. Consiste en tomar una taza de café justo antes de dormir. Mientras el cuerpo se relaja y recarga energía durante la siesta, la cafeína va entrando en acción. Al despertar, coincide su efecto estimulante, lo que genera un impulso simultáneo de vitalidad y mayor claridad mental.

😴 ¿Cuándo conviene echarse la siesta?

El momento idóneo para hacer una siesta depende, en buena medida, de la hora a la que te sueles acostar por la noche. Los expertos aconsejan que este descanso se haga al menos seis horas antes de irse a dormir. Es decir, si te acuestas entre las 23:00 y las 00.00 horas, la siesta debe terminar antes de las 17:00 horas.

La explicación está en la adenosina, una sustancia que se acumula en el cuerpo durante el día y que provoca la sensación de sueño. Al dormir, los niveles de adenosina bajan. Pero si esta caída se produce muy cerca de la noche, puede dificultar conciliar el sueño a la hora habitual.

En general, la mejor franja para dormir un rato es justo después de comer, entre las 13:00 y las 16:00 horas. En ese tramo del día, el cuerpo experimenta una bajada natural de energía: disminuyen la temperatura corporal y la presión arterial, y aparece la típica somnolencia tras el almuerzo. Aprovechar ese bajón fisiológico permite descansar sin alterar el ritmo del sueño nocturno.

siesta en hamaca
Imagen: brigitte_durruty

😴 Dónde dormir la siesta: el lugar importa (y mucho)

El sitio elegido para echarse la siesta puede marcar la diferencia entre levantarte como nuevo o despertar más cansado que antes. Los expertos insisten en que este descanso debe ser un complemento saludable al sueño nocturno, no una forma de compensar noches mal dormidas. Por eso, hay que evitar la cama y los ambientes completamente oscuros: favorecen un sueño demasiado profundo y hacen más difícil un despertar ágil.

Lo recomendable es optar por un sillón cómodo, un sofá o incluso una butaca reclinable. Estos espacios permiten relajarse en una postura semiacostada, lo que facilita una siesta ligera pero efectiva. El entorno también cuenta, así que procura que el lugar sea tranquilo y sin ruidos molestos.

😴 Cómo despertar bien de la siesta

Dormir bien es importante, pero despertarse bien lo es aún más. Para evitar el típico aturdimiento o mal humor tras la siesta, hay una regla de oro: programa una alarma y levántate en cuanto suene. Nada de “cinco minutos más”. Esa tentación solo prolonga la somnolencia y hace más difícil reactivarse.

Una vez despiertes, dale a tu cuerpo señales claras de que el día continúa. Busca la luz natural, estírate, lávate la cara con agua fría o da una pequeña caminata. Estos pequeños gestos ayudan al cerebro a espabilarse y te ponen de nuevo en marcha con más claridad y energía.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube