Esta es la razón por la que el precio del café no deja de subir

Los estragos del calentamiento global están dejando una impronta en el campo del café nunca antes vista. Cerca de un 15 % de las tierras actuales podrían volverse menos adecuadas para este cultivo
Por Óscar Granados 4 de octubre de 2025
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Imagen: Milo Miloezger
Es mucho más que una bebida: el café es la segunda materia prima más exportada en el mundo, solo por detrás del petróleo. A medida que los agricultores luchan contra sequías, heladas, inundaciones y plagas, los expertos se preguntan si estamos condenados a pagar cada vez más por nuestra taza de cada día y qué medidas urgentes se necesitan para asegurar el futuro de este cultivo.

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Dicen que una taza de café es la mejor forma de iniciar el día. Su sabor, aroma y el efecto que produce la cafeína la han hecho una de las bebidas más populares en todo el planeta. Diariamente, se beben más de 3.000 millones de tazas en todo el mundo. En España, el consumo por adulto llega a unos tres kilos al año, según la Asociación Internacional del Café (ICO).

Europa representa casi un cuarto del consumo mundial, lo que lo convierte en el mayor mercado de este grano, cuya cotización se ha disparado en las bolsas internacionales desde finales de 2023. Diversos factores han intervenido: desde los geopolíticos (conflictos armados y comerciales), los logísticos (problemas que se vienen arrastrando desde el estallido de la covid-19) y ambientales.

Los estragos del clima en los países productores

Todos en conjunto han puesto en jaque a unos 25 millones de agricultores en el cinturón del café, una franja del planeta entre el trópico de Cáncer y el de Capricornio y en la que están los principales productores.

  • En esta zona está Brasil, el mayor productor de esta materia prima. En los últimos años ha hecho frente a la sequía más severa en 70 años, que ha provocado escasez de agua y pérdidas de cosechas.
  • También está Vietnam, el segundo mayor productor, que tras un periodo de escasez de lluvias sufrió graves inundaciones durante el tifón Yagi.

Ambos países son los responsables de poner el café en nuestra mesa: en conjunto representan el 56 % del suministro mundial.

Los costes de la producción de café

Los mercados europeos se han resentido de los estragos climáticos del otro lado del mundo. “Desde finales de 2024, las grandes empresas han comenzado a ajustar los precios al por menor, trasladando estos costes de forma gradual al consumidor”, comenta Laleska Moda, analista de la consultora de inteligencia de mercado de Hedgepoint.

El Precio Indicativo Compuesto de la OIC (I-CIP), el termómetro global de referencia, alcanzó en febrero su punto más alto desde los años sesenta: 353,19 centavos de dólar por libra. Esto equivale a unos 7,23 euros por kilogramo. Aunque su precio ha bajado desde entonces (llegando a 5,32 euros/kg en julio), sigue estando lejos del precio de hace un año, cuando costaba alrededor de 3,52 euros/kg.

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Imagen: Victoria Popova / iStock

Este coste, sin embargo, es solo el de la materia prima. A este habría que añadir todo el largo viaje que hay desde la semilla hasta llegar a la taza. También se tienen que sumar los efectos de la inestabilidad derivada de los conflictos armados —que afectan a su transporte— y la subida de aranceles que han hecho que algunos países acumulen cada vez más stock, lo que ha provocado una mayor demanda en un contexto de menor oferta.

Variedades de café en riesgo

Dicho efecto combinado también ha contribuido al alza que se ha dejado sentir casi de forma inmediata en los bolsillos de los consumidores. “Hay productores como Brasil que operan con stocks muy ajustados, los cambios en el precio del café verde se transmiten rápidamente al tostado y molido para los consumidores”, explica Fernando Maximiliano, analista de mercado en la consultora StoneX.

🔴 Arábica

Sobre todo es importante lo que sucede en la variedad conocida como arábica, que cotiza en los mercados internacionales y que constituye entre un 60 % y un 80 % del total de la producción. Se produce principalmente en Brasil, Colombia y Etiopía. Estos tres países copan el 68,4 % de la cuota de mercado de esta variedad, la más popular entre los hogares y cafeterías, debido a que es más aromático y con menos cafeína.

Pero también es la que menos tolerancia tiene al aumento de las temperaturas, además de que es susceptible a la roya —una de las principales enfermedades que ataca a la hoja del cafeto— y produce menos granos. “Los cafetos, especialmente los de la variedad arábica, necesitan una cantidad específica de lluvia en el momento adecuado”, resalta Moda. Cualquier evento extremo, como sequías, altas temperaturas o heladas, puede poner en riesgo la productividad.

Los agricultores brasileños están invirtiendo principalmente en sistemas de riego y pozos artesanos para prepararse para periodos más secos, aunque esto no elimina por completo el riesgo. Se prevé que la producción de café arábico en Brasil disminuya este año un 12,4 % con respecto al año pasado, según el Ministerio de Agricultura brasileño. “La última cosecha de Brasil no ha sido buena y, además, la sequía está golpeando fuerte”, asegura Enrique Flores, portavoz de Supracafé, una firma tostadora que trabaja con productores latinoamericanos.

🔴 Robusta

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Imagen: Free-Photos

La variedad robusta —la segunda más importante en el mercado y que también se da en Brasil, así como en Vietnam, Indonesia, Uganda e India— es más resistente al calor. Su proceso de cultivo es más sencillo y produce granos más grandes y gruesos. Su sabor es más amargo y la cantidad de cafeína es mayor a la arábica.

Sin embargo, la susceptibilidad al cambio climático preocupa al mercado mundial en ambas variedades. “En los últimos años, hemos observado una frecuencia mucho mayor de eventos climáticos extremos”, añade Maximiliano. Desde 2020, las regiones cafetaleras han soportado casi tres años consecutivos de La Niña, seguidos por El Niño, sequías recurrentes y heladas en 2021, 2024 y 2025.

La lucha de los agricultores

A pesar del aumento en el precio del café en los mercados internacionales, ¿quién se beneficia realmente? Generalmente, no son los agricultores, añaden los especialistas de Fairtrade.

Aunque el precio por saco haya subido, muchos productores están cosechando menos. A la vez, los costes de fertilizantes y otros insumos han aumentado, por lo que sus márgenes de ganancia siguen siendo mínimos, explican los expertos consultados. En vilo están unos 12,5 millones de pequeños agricultores de café en el mundo, esta volatilidad es una amenaza existencial para su sustento.

El Overseas Development Institute (ODI), un centro de investigación especializado en temas de cooperación internacional y humanitarios, advierte que el cambio climático tendrá un fuerte impacto en los ingresos de los campesinos.

  • En Brasil, por ejemplo, alrededor de 265.000 hogares dependen directamente del café para sobrevivir, en un escenario donde las principales regiones productoras ya han experimentado un aumento de temperatura de un grado desde 2010.
  • En Etiopía, los efectos climáticos ya están modificando la geografía de las tierras aptas para el cultivo de café, un producto que aporta cerca del 5 % del PIB nacional.

A largo plazo, el cambio climático podría reducir significativamente las áreas ideales para su cultivo. Según Mathilde Duvallet, agrónoma en Finres y coautora del estudio ‘¿Los cultivos ya han alcanzado su máxima adecuación?’, aproximadamente un 15 % de las tierras actuales podrían volverse menos adecuadas para este cultivo.

¿Hay solución?

Esta investigación, publicada en la revista Environmental Research Letters, fue encargada por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA). Alerta sobre una posible caída drástica en la producción cafetalera en regiones clave como Brasil, Vietnam e Indonesia hacia el año 2100.

Sin embargo, Duvallet señala que esta tendencia se podría revertir adoptando prácticas de adaptación, como el uso de sombra para reducir la temperatura en sistemas agroforestales o la implementación de riego, medidas que ya han demostrado efectos positivos en el rendimiento y la viabilidad del café.

¿Significa esto que el café será cada vez más caro? No necesariamente, responde la experta. Si los productores ajustan sus métodos, si surgen nuevas zonas con condiciones climáticas favorables o si se amplían áreas productivas en lugares donde la idoneidad mejora, la oferta podría mantenerse estable.

Pero advierte que esto no será sencillo, porque expandir la producción hacia nuevas áreas podría verse limitada por la disponibilidad de tierra cultivable, por ejemplo, en la selva amazónica y en la cuenca del Congo, debido a las áreas forestadas o protegidas. Así que el futuro de este grano pinta un poco amargo.

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