Día Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales

Las mujeres son las más afectadas por las catástrofes naturales, cuyo impacto ha aumentado en los últimos años
Por Alex Fernández Muerza 12 de octubre de 2012
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Imagen: Naciones Unidas

El 13 de octubre es el Día Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales. Un desastre de estas características no se puede impedir que ocurra, pero sí se pueden evitar, o disminuir en gran medida, sus consecuencias catastróficas, así como ser capaces de recuperarse de los daños producidos lo antes posible. En esta labor, las mujeres y niñas son esenciales, tal y como recuerda el lema de este año elegido por Naciones Unidas: “Mujeres y Niñas. La Fuerza (in)visible de la Resiliencia”. También lo señala el siguiente artículo que, además, indica que las consecuencias catastróficas de los desastres han aumentado en los últimos años, en especial en España, y recuerda que la prevención podría salvar muchas vidas.

Mujeres y niñas, esenciales para reducir los desastres naturales

El Día Internacional para la Reducción de los Desastres pretende concienciar a todos los ciudadanos del mundo sobre la importancia de tomar medidas que reduzcan o mitiguen el riesgo frente a las catástrofes naturales.

La cifra de pérdidas por desastres naturales se ha multiplicado por 25 a nivel mundial
Naciones Unidas, impulsoras de la iniciativa, han elegido como lema para este 2012 «Mujeres y Niñas. La Fuerza (in)visible de la Resiliencia». Los expertos de la ONU explican que representan más o menos la mitad de la población mundial y suelen ser las más afectadas por los desastres. La desigualdad de género resiente a todo el sistema social y, por ello, combatir esta desigualdad implica reforzar la comunidad ante un desastre.

Los responsables del organismo internacional destacan, además, que «la experiencia, el conocimiento y la pericia de las mujeres son muy valiosos a la hora de elaborar las estrategias pertinentes en la reducción de riesgo y la adaptación al cambio climático».

El impacto de los desastres naturales, en aumento

Las estadísticas muestran el aumento de los daños causados por desastres naturales en todo el mundo en los últimos años. Europa, y en especial España, no se salvan de esta tendencia. Según un informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) publicado el año pasado, entre 1998 y 2009 causaron cerca de 100.000 muertes, afectaron a más de 11 millones de personas y supusieron unas pérdidas económicas de unos 150.000 millones de euros.

Las olas de calor, las inundaciones y los terremotos fueron las catástrofes naturales que más fallecidos y daños materiales causaron en Europa, según los expertos de la AEMA. España es uno de los principales países dañados, detallan, con más de 15.000 fallecidos y algunos de los peores desastres ecológicos del continente.

Antonio Cendrero, catedrático de Geodinámica de la Universidad de Cantabria, señala que la cifra de pérdidas se ha multiplicado por 25 a nivel mundial: «A pesar de que en los últimos 50 años se han aumentado mucho los conocimientos científicos y las capacidades tecnológicas, nuestra gestión de estos procesos no funciona. Más que ante catástrofes naturales, nos encontramos ante una gestión catastrófica».

Según Jorge Olcina, climatólogo de la Universidad de Alicante (UA) y experto en desastres naturales, la clave se encuentra en que se ha incrementado el riesgo ante los mismos: «El número de peligros naturales no ha aumentado de forma significativa en las últimas décadas. Sin embargo, los efectos económicos y sociales catastróficos sí han aumentado, debido al ser humano, que ha creado nuevos territorios de riesgo».

La prevención podría salvar muchas vidas

Los expertos en catástrofes señalan que una de las medidas más eficaces para reducir o mitigar el impacto de un desastre es la prevención. Para empezar, se debería evitar construir edificios e infraestructuras en zonas de riesgo. En este sentido, los denominados mapas de riesgo son de gran ayuda. Esta cartografía, elaborada por la Administración y a disposición pública de todos los ciudadanos, señala las posibilidades de que suceda un determinado desastre natural en una zona concreta.

Por su parte, las instituciones deberían realizar simulacros y planes educativos para la población, en especial en colegios y centros de trabajo. Asimismo, los ayuntamientos u otros organismos locales deberían disponer de equipos de rescate con un entrenamiento específico que contribuya a actuar con la mayor celeridad y eficacia posible en un desastre.

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