Alimentación adecuada, vida prolongada en Cuba

Un conjunto de platos forman la Mesa de la Alimentación Saludable, la representación gráfica de las Guías Alimentarias cubanas
Por Cristina Fernández, Maite Zudaire 22 de agosto de 2007

Las Guías Alimentarias de Cuba, como las de otros países, son un instrumento educativo para fomentar una alimentación saludable en un determinado grupo de población y para que las personas consigan, por sí solas, escoger los alimentos más adecuados para alcanzar la salud y el bienestar. Esta herramienta siempre incluye gráficos acompañados de mensajes prácticos y comprensibles y que, en resumen, ayudan a llevar a la práctica estas guías escritas.

Cada país adapta estas guías a las necesidades concretas de su población. En el caso concreto de Cuba, se persiguen una serie de objetivos nutricionales a partir del patrón de consumo alimentario propio de la región:

  • A corto plazo: aumentar los conocimientos de la población en alimentación y nutrición.
  • A medio plazo: fomentar la adquisición de hábitos alimentarios saludables.
  • A largo plazo: mejorar el estado de salud de la población cubana a través de la alimentación.

Un lema para fomentar una buena alimentación

Ya en el año 1990, el Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos cubano (INHA) llevó a cabo en el las primeras acciones para desarrollar las guías alimentarias para la población. Ocho años más tarde, profesionales de diferentes áreas de la salud prolongaron el proyecto bajo el apoyo del Programa Conjunto FAO/OMS de Normas Alimentarias.

El desarrollo de estas guías se establece en el marco del Programa Nacional de Salud y Calidad de Vida del Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP) y del Programa Gubernamental de Cultura General Integral. En su elaboración se tuvieron en cuenta diferentes aspectos como la disponibilidad de alimentos, la accesibilidad a los mismos, los resultados de la Primera Encuesta Nacional de Consumo, las preferencias y aversiones alimentarias y el nivel socio-económico y cultural de la población cubana.

De esta forma, el 2004 el INHA publicó Una propuesta de vida saludable, las guías alimentarias dirigidas a la población cubana sana y mayor de dos años de edad. El lema que acompaña a estas guías es conciso y directo: «Alimentación adecuada, vida prolongada».

La Mesa de la Alimentación Saludable

Las guías cubanas no indican la frecuencia de consumo diaria recomendada, sino que muestran los platos más o menos grandes según la calidad nutricional de los alimentos

Las Guías de la Alimentación para la población cubana se representan gráficamente a través de una serie de platos en los que aparecen clasificados los diferentes grupos de alimentos. Cada plato tiene un tamaño diferente, de manera que en los platos más grandes se colocan aquellos alimentos que se recomiendan consumir con mayor frecuencia. En estas guías no se indica la frecuencia de consumo recomendada al día o a la semana, sino que se señala el aspecto beneficioso de un alimento determinado empleando la dimensión de los platos, primando la calidad a la cantidad.

La guía incluye nueve apartados diferentes que transmiten mensajes y orientaciones dietéticas básicas para aumentar los conocimientos y mejorar así los hábitos alimentarios y la calidad de vida de la población cubana. Los apartados son los siguientes:

1. Una alimentación variada durante el día es agradable y necesaria para su salud. En Cuba, la alimentación habitual es poco variada, ya que se basa en un número reducido de alimentos y platos. Por este motivo se ve la necesidad de incluir este punto en las Guías Alimentarias. Se entiende como variedad de alimentos a la combinación de todos los grupos de alimentos disponibles para la población: cereales, verduras y hortalizas, frutas, legumbres, carnes, pescados y huevos, lácteos, grasas, azúcares y dulces. 2. Consuma vegetales todos los días. Llénese de vida. 3. Consuma frutas frescas y aumentará su vitalidad. 4. Prefiera los aceites vegetales. La manteca es más costosa para su salud. 5. El pescado y el pollo son las carnes más saludables. 6. Disminuya el consumo de azúcar. 7. Disminuya el consumo de sal. Comience por no añadirla en la mesa. 8. Un buen día comienza con un desayuno. 9. Conozca el peso saludable para su estatura. Manténgase en forma.

Para facilitar la adquisición de estos objetivos, la guía incluye diferentes formas para calcular el peso saludable, tablas que indican las necesidades de energía acorde la edad y el sexo, ejemplos de menús y un modelo de patrón alimentario, entre otros.

Gastronomía particular

El tipo de alimentos y la forma de cocinar de Cuba es muy particular, y presenta notables diferencias con respecto a la cocina española. Por ejemplo, la variedad de frutas que ofrece Cuba es muy extensa. Destacan, entro otras, la guayaba, la toronja o el pomelo, el coco, la papaya, la piña y el plátano. Es muy común presentar las frutas en macedonia o en forma de suculentos zumos o licuados de varias frutas, que se toman al comienzo del día.

También son propios de esta región los tubérculos como la yuca y el boniato, que se incluyen con frecuencia en los platos cubanos.

El arroz se contempla como la base de la alimentación cubana, y por ello es uno de los alimentos más consumidos. Una de las maneras tradicionales de elaborarlo es presentándolo como si fuera un plato combinado, y acompañado de plátano frito, cebolla rehogada, carne y huevo. La fritura es la reina de las preparaciones culinarias, y eso se refleja en sus platos, ya que el plátano, la carne, el huevo suelen cocinarse con esta técnica. Los plátanos machos cortados en ruedas se emplean mucho como aperitivo (se pueden adquirir así elaborados y envasados en bolsitas o a granel) y, si se cortan longitudinalmente, suelen usarse como guarnición de otros platos.

Entre las legumbres, destacan los frijoles, un alimento propio de las regiones caribeñas (los países vecinos de Centroamérica y Suramérica también lo incluyen entre sus principales alimentos). En Cuba, los frijoles se consumen como primer plato, normalmente combinado con arroz (lo que se traduce en plato completo desde la óptica nutricional) y como guarnición de segundos platos, que preferentemente suele ser la carne de cerdo o de pollo.

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