Anemia megaloblástica o perniciosa

Al cabo de 2 ó 3 años de deficiencia de la vitamina B12 se manifiesta una anemia, puede provocar debilidad, fatiga, pérdida de cabello, irritabilidad y trastornos de la memoria
Por EROSKI Consumer 4 de octubre de 2001

La anemia se caracteriza por una disminución en la concentración de hemoglobina o en la capacidad de transportar oxígeno en la sangre. En la anemia megaloblástica, se produce una disminución del número de eritrocitos o glóbulos rojos y un aumento en el tamaño de los mismos, debido a una deficiencia de sustancias que intervienen en la eritropoyesis (formación de los glóbulos rojos), como es la vitamina B12. No obstante, la carencia de esta vitamina es secundaria a la falta de una proteína de la mucosa gástrica (factor intrínseco) básica para la absorción de la vitamina. En estos casos, el factor intrínseco se produce y se secreta en cantidades mínimas, insuficientes para asegurar una normal absorción intestinal de la vitamina, o no se produce en absoluto. Rara vez se encuentra un déficit de vitamina B12 de origen sólo dietético.

Entre las enfermedades que pueden afectar a la presencia de factor intrínseco se encuentran procesos digestivos como la aclorhidria (ausencia de ácido clorhidrico en las secreciones gástricas), gastrectomía (extirpación parcial o total del estómago), alcoholismo crónico, enfermedades crónicas del páncreas, enfermedades que afectan al íleon (parte final del intestino delgado donde se absorbe dicha vitamina) y también es situaciones fisiológicas como embarazo donde se produce un aumento del volumen de sangre y por tanto del número de eritrocitos. La falta de esta vitamina también se asocia a personas con niveles bajos en folatos, vitamina que también participa en la formación y maduración de los glóbulos rojos.

Los síntomas son insidiosos y se desarrollan al cabo de 2-3 años. Debido a la anemia, puede haber debilidad, fatiga, pérdida de cabello, irritabilidad y trastornos de la memoria.

Tratamiento dietético, complemento al farmacológico

Si la causa es una ingesta insuficiente de vitamina, basta una pequeña dosis oral. Si la causa es la mala absorción de la vitamina, el tratamiento correcto supone la administración de inyecciones de vitamina B12, a la dosis y durante el tiempo que estime preciso el médico especialista. Dependiendo del grado de desarrollo de la anemia se suelen prescribir complejos vitamínicos específicos, siempre bajo prescripción médica.

El tratamiento dietético es complementario al tratamiento médico y propone el consumo de alimentos variados, para conseguir aportes equilibrados de todos los nutrientes, especialmente de los necesarios para una adecuada función hematopoyética, es decir, de formación y desarrollo de los glóbulos rojos. Estos nutrientes son el hierro, la vitamina B12 y los folatos sobre todo.

En el caso de la vitamina B12, ésta no se encuentra en alimentos de origen vegetal y, en consecuencia, puede dar lugar a situaciones deficitarias específicas en personas que siguen regímenes vegetarianos estrictos. Las algas marinas y los alimentos elaborados con soja fermentada contienen cantidades traza de vitamina B12, que no pueden suplir a un alimento de origen animal.

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