Consejos en caso de hipertrigliceridemia o niveles de triglicéridos elevados

Existen determinadas recomendaciones dietéticas que pueden reducir los niveles de triglicéridos en sangre.
Por EROSKI Consumer 5 de julio de 2001

La hipertrigliceridemia se caracteriza por el aumento de los triglicéridos plasmáticos por encima de 200 mg/dl. Los triglicéridos son un tipo de lípidos formados en el intestino a partir de la utilización de ciertos alimentos (alimentos grasos, independientemente del tipo de grasa -saturada o insaturada-, alimentos azucarados y alcohol); aunque también son sintetizados en el hígado por el propio organismo. Esta patología, no parece ser un factor importante de riesgo de arterosclerosis, excepto a partir de los 50 años donde la incidencia de triglicéridos elevados se debe considerar un factor principal de riesgo. El origen puede ser genético, lo que afectará a varios miembros de una misma familia o inducido por unos hábitos de alimentación y de vida poco saludables. A menudo, su aparición es secundaria a otras situaciones como obesidad, diabetes y cifras de HDL (colesterol bueno) disminuidas.

A la hora de enfocar la pauta dietética conviene saber que la síntesis de triglicéridos en el intestino está determinada por la ingesta total de grasas, y la formación de triglicéridos en el hígado depende del total de calorías de la dieta y del total de grasas. Por tanto, adecuar el aporte calórico a las necesidades de la persona controlando la cantidad de grasa total favorecerá el control de esta enfermedad.

Por otra parte, la obesidad, el consumo de alcohol y la ingesta excesiva de azúcares sencillos precipitan frecuentemente la hipertrigliceridemia, por lo que deberá aplicarse una dieta hipocalórica para reducir el peso en caso de sobrepeso u obesidad, suprimir de manera absoluta el alcohol y reducir los azúcares simples ya que favorecen el aumento de triglicéridos en personas que presentan hipertrigliceridemia, además de contribuir a la instauración de la obesidad. Cuando el nivel de triglicéridos es elevado secundariamente a otras enfermedades como diabetes, el tratamiento debe ir dirigido en primer lugar a controlar los procesos de base.

Recomendaciones dietéticas: – Ajustar la dieta a las necesidades calóricas de forma individualizada. – Distribuir la dieta diaria en varias tomas de poco volumen, ya que una alimentación fraccionada influye positivamente sobre el nivel de lípidos en sangre. – Es necesario suprimir de la alimentación cualquier tipo de bebida alcohólica – Reducir el consumo total de grasa y grasa saturada: escoger las carnes más magras, quitar la grasa visible antes de su cocinado y desgrasar los caldos de carne o aves en frío. Aumentar el consumo semanal de pescado en detrimento de la carne a unas cuatro raciones, y procurar tomar con más frecuencia pescado azul. Se permiten de 3 a 4 huevos a la semana (nunca más de una yema al día). – Hoy día, existen diversos productos en el mercado pobres en grasa (comprobar etiquetado) – Aumentar el consumo de fibra y antioxidantes naturales: Tomar al menos 2 piezas de fruta al día, preferiblemente con piel ó pulpa, procurando incluir un cítrico. Escoger preferiblemente productos integrales (pan, arroz, pasta). Aumentar el consumo de legumbre a 3 veces por semana y tomar mínimo 2 raciones de verdura ó ensalada (cruda ó cocida) al día. – Reducir el aporte de azúcares sencillos, pues el exceso se transforma en triglicéridos empeorando la situación: Sustituir el azúcar común o la miel por edulcorantes artificiales no calóricos (sacarina, aspartame), reemplazar las bebidas refrescantes azucaradas por sus equivalentes edulcoradas o «light» pues ha sido sustituido el azúcar por edulcorantes no calóricos y tratar de omitir todos aquellos productos de bollería, pastelería y repostería por su elevado contenido en azúcares sencillos y grasa, principalmente saturada. – A la hora de cocina, evitar las preparaciones culinarias excesivamente grasas. – Utilizar como grasa de condimento aceite de semillas (girasol, maíz, soja) y de oliva. Evitar la mantequilla y otras grasas animales y usar con prudencia la margarina vegetal.

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