El estudio de cómo se comportan los nutrientes durante su asimilación por el organismo será desde ahora más fácil gracias a un proyecto del centro tecnológico agroalimentario Ainia, que ha creado un estómago y un intestino delgado artificiales que simulan el proceso de digestión humano. El aparato reproduce de forma precisa las condiciones naturales del tracto gastrointestinal, como la temperatura, los movimientos o la regulación de acidez a través de simulación del pH.
El objetivo del «Digestor Dinámico In Vitro» es obtener información básica para desarrollar productos alimentarios más saludables, seguros y de interés tecnológico, explicó el director del centro, Sebastián Subirats. El digestor artificial también sirve para formular los llamados alimentos funcionales. Y es que «de nada sirve» una buena dieta si en la digestión no absorbemos todos los nutrientes, apuntó al respecto el responsable de Ainia.
Este digestor es uno de los avances «más significativos» existentes hoy en día en España, aseguró el máximo responsable del proyecto, José E. Carreres. El proceso de creación de este organismo artificial se remonta a hace 10 años, si bien no empezó a gestarse materialmente hasta hace dos. El prototipo funciona como un estómago auténtico. Se mueve igual, tiene la misma temperatura e incorpora enzimas gastrointestinales. También simula el tránsito intestinal, la monitorización de jugos gástricos e intestinales, o la absorción de los nutrientes. De esta forma, reproduce con exactitud las condiciones del proceso digestivo.
La nutrición está adquiriendo cada vez «más importancia» en la sociedad actual, a la vez que la mayor parte de la población «tiene carencias» alimenticias por herencia genética, señaló Subirats, que se mostró partidario de crear alimentos funcionales para cubrir las carencias de cada individuo en cada fase de su vida.
