EE.UU. prohibirá la venta de vísceras de las reses para evitar la propagación del mal de las «vacas locas»

Ésta y otras medidas pretenden restablecer la confianza de los consumidores y de los importadores de carne estadounidense
Por EROSKI Consumer 31 de diciembre de 2003

Estados Unidos anunció ayer una serie de medidas para evitar la propagación del mal de las «vacas locas», similares a las adoptadas en su día en Europa, como prohibir la comercialización de vísceras de las reses, retirar del mercado la carne de animales enfermos y controlar mejor los mataderos.

Según informó la secretaria de Agricultura, Ann Veneman, estas medidas entrarán en vigor cuando se publiquen oficialmente y con ellas se busca restablecer la confianza de los consumidores y de los importadores de carne estadounidense tras el descubrimiento, la semana pasada, del primer caso de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) en EE.UU.

Veneman dijo que se prohibirá el consumo humano de tejidos «de alto riesgo» de contener el prión o partícula proteínica que provoca la enfermedad, y se retirarán de la cadena alimenticia humana la cabeza y la médula espinal de ganado de 30 meses de edad o más, y el intestino delgado de reses de cualquier edad.

Además, no se distribuirá la carne de un animal al que se le hayan realizado análisis para comprobar si está infectado de EEB hasta que no se conozcan los resultados de esas pruebas, y se cambiarán los sistemas para sacrificar y despiezar el ganado, con el fin de que no exista contaminación de tejidos nerviosos en la carne.

La secretaria de Agricultura también anunció la creación de una comisión internacional de expertos independientes para opinar sobre las medidas tomadas por EE.UU. para responder al problema. Por último, indicó que su departamento pretende establecer un sistema nacional de identificación de animales para aumentar la velocidad y precisión de la respuesta a brotes de enfermedades.

La carne de la vaca infectada fue vendida en ocho Estados y en la isla de Guam, en el Pacífico, antes de que los veterinarios concluyesen el estudio de los tejidos de muestra. Esto hizo que el Gobierno norteamericano decretara la retirada del mercado de más de 4.500 kilos de carne de 20 vacas sacrificadas el mismo día que la enferma. El cerebro y la espina dorsal del rumiante con EEB, las partes más peligrosas, no se distribuyeron a los consumidores.

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