El agotamiento de los bancos de peces incrementará los precios hasta el 70%

Especialistas analizarán a partir del domingo el estado de la pesca mundial
Por EROSKI Consumer 1 de noviembre de 2002

Menos variedad y precios por las nubes esperan a los aficionados al pescado, según el Centro Mundial de Pesca, que prevé desastrosas consecuencias para 1.000 millones de personas en los países en desarrollo que dependen de este alimento. En pocos años, los expertos opinan que podría producirse el agotamiento de los bancos pesqueros y la aceleración del cambio climático.

Si para el mundo desarrollado el resultado de la crisis pesquera que se avecina supondrá un aumento de precios, para los países en vías de desarrollo puede significar una amenaza a su supervivencia. El Centro Mundial de Pesca analizará a partir del domingo este panorama amenazador en la «Cumbre de pescado para todos», que se desarrollará en Penang (Malasia) con la participación de especialistas de 40 países de todo el mundo.

Las previsiones más optimistas indican que hasta 2020 la población mundial crecerá un 0,4% más rápido que la producción pesquera, lo que causará que los precios aumenten entre el 4 y el 16% en términos reales, dependiendo de las especies. Pero otros cálculos sitúan la diferencia entre población y las pesquerías en el 1%, lo que significará un aumento de precio de entre el 26 y el 70%.

«La pesca es la fuente de alimentación que crece más rápido en el mundo en desarrollo y, aún así, la demanda excede de sobremanera a la producción y el problema está creciendo», señaló la doctora Meryl Williams, directora general del Centro Mundial de Pesca, con sede en Malasia.

«Casi tres cuartos de los 130 millones de toneladas capturadas en 2000 procedieron de especies que están ya diezmadas, sobreexplotadas o totalmente explotadas», añadió Williams. «Muchas de estas especies no serán capaces de reproducirse incluso a los niveles actuales, y menos hacer frente al aumento de la demanda que resulta de 90 millones de bocas más que alimentar al año», subrayó la experta.

Las consecuencias son que «una persona en la línea de la pobreza (con ingresos de 1 dólar al día) en un país en desarrollo tendrá que trabajar dos días para pagar un kilo de pescado, mientras que la media de las personas en el mundo desarrollado necesitará menos de una hora para pagar un kilo de salmón o trucha».

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