La vitamina D tiene un papel destacado en la mineralización de los huesos, pues favorece la absorción intestinal de calcio y fósforo y aumenta su reabsorción renal.
Se obtiene de la dieta (yema de huevo, hígado, lácteos completos o enriquecidos, mantequilla, nata, pescados grasos) y, principalmente, de la síntesis cutánea mediada por la radiación ultravioleta del sol a partir de un precursor que se encuentra en la piel: el 7-dehidrocolesterol (sustancia sintetizada en el hígado a partir de colesterol).
Los expertos recomiendan por tanto una exposición solar de cara y brazos de 5 a 10 minutos, 2 a 3 veces por semana antes de aplicar cremas protectoras y, posteriormente, baños de sol con cremas de factor protector mayor o menor en función del tipo de piel.