Expertos en salud pública recomiendan la creación de impuestos especiales sobre bebidas azucaradas para frenar la obesidad infantil

Proponen también establecer restricciones comerciales a productos poco saludables dirigidos a niños
Por EROSKI Consumer 1 de septiembre de 2011

La obesidad se ha convertido en una epidemia y los esfuerzos por frenar su expansión son todavía muy reducidos. Un equipo internacional de expertos en salud pública ha propuesto la creación de impuestos especiales que graven las bebidas azucaradas como medida que contribuya al fomento de los hábitos saludables entre los niños. En esta misma dirección, también afirman que se podrían establecer límites a la comercialización de alimentos poco sanos para niños.

El estudio, que se ha publicado en la prestigiosa revista «The Lancet», establece una comparación entre la estrategia lanzada para el control del tabaquismo y la que podría establecerse con los alimentos poco saludables. Por eso, considera adecuadas las medidas de creación de nuevos impuestos y de implantación de restricciones comerciales.

El consumo de bebidas azucaradas incrementa el riesgo de padecer exceso de peso debido a su alto contenido calórico, que contrasta con se escaso aporte nutricional. Este exceso de peso puede desembocar en obesidad cuando el índice de masa corporal es superior a 30 en adultos. La obesidad, además de los problemas de salud que provoca por sí misma, aumenta las posibilidades de desarrollar otras patologías, como la diabetes tipo 2.

Por otro lado, el informe asegura que si continúa la senda actual de evolución de la obesidad, la tasa de adultos obesos de Estados Unidos podría aumentar del 32% actual hasta el 50% en el año 2030. Esto implicaría un aumento del gasto sanitario destinado al tratamiento de esta patología que podría alcanzar los 66.000 millones de dólares anuales.

Los investigadores también han advertido de que los gobiernos deberían poner en marcha nuevas estrategias a largo plazo de vigilancia, prevención y control de la obesidad dentro de los planes de salud pública estatales. Aseguran que muchos países, entre ellos dos tercios de los que componen la Unión Europea, todavía no cuentan con registros oficiales con los datos de peso y altura de su población infantil, lo que obstaculiza el establecimiento de estrategias eficaces de control de la obesidad.

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