Greenpeace bloquea una compañía importadora de soja para denunciar la contaminación de la cadena alimentaria con transgénicos

La organización ecologistas pide que la empresa se comprometa a suministrar soja no transgénica al mercado español
Por EROSKI Consumer 15 de febrero de 2002

Una treintena de miembros de Greenpeace bloquearon ayer las instalaciones de una compañía importadora de soja en el puerto de Barcelona para denunciar la contaminación de la cadena alimentaria con organismos modificados genéticamente. Algunos miembros de Greenpeace bloquearon el lugar de la empresa Moyresa donde se cargaban los camiones con harina de soja, mientras otros desplegaban varias pancartas gigantes en las que se leía «España no quiere transgénicos» o «Contaminación Genética – No compres».

Según el responsable de Ingeniería Genética de Greenpeace España, Juan Felipe Carrasco, esta compañía tiene que parar la importación de soja transgénica que mezcla (con soja normal), ya que está contaminando la cadena alimentaria española. Así, aseguró que hasta que la compañía no decida negociar no terminarán el bloqueo.

Moyresa es la mayor compañía importadora y procesadora de habas de soja de España, donde la soja procesada se utiliza en muchos alimentos y como pienso para animales.

La organización ecologista denuncia que los análisis realizados a muestras tomadas recientemente en las instalaciones de Moyresa revelaron que éstas presentaban contaminación genética, por lo que le pide que se comprometa a suministrar soja no transgénica al mercado español.

Asimismo, solicita al Gobierno que aproveche su semestre de presidencia en la Unión Europea (UE) para endurecer la legislación para restringir el cultivo de organismos modificados genéticamente en Europa.

España, que importó el año pasado más de tres millones de toneladas de soja de Argentina y Estados Unidos, es el único país de la UE que actualmente permite el cultivo comercial de cosechas genéticamente modificadas, según la organización ecologista.

Greenpeace afirma que los cultivos transgénicos son «un peligro para la alimentación y el medio ambiente» porque «sólo han aportado riesgos de nuevas alergias, menor rendimiento agronómico, mayor dependencia de la industria química, mayor control corporativo y perdida de biodiversidad».

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