Ideas para decorar capuchinos

Con palillos, siropes o plantillas perforadas, existen muchas maneras de darle un toque especial a este tipo de café con leche
Por Peio Gartzia 8 de septiembre de 2014
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Imagen: Wilhelm Lappe

En las cafeterías a veces los hosteleros sorprenden con los detalles de la presentación de los capuchinos. Además del recipiente y la cucharilla, en ocasiones hay un corazón, una hoja, una flor o incluso una cara simpática que sonríe desde la espuma. Los capuchinos, por su particular consistencia, permiten dar rienda libre a la imaginación y crear formas ingeniosas en su superficie. Ya sea con el propio café, con algún sirope, o con canela o chocolate espolvoreados, las opciones para decorar capuchinos son diversas. A continuación, se explica cómo hacer capuchinos en casa y se ofrecen ideas prácticas para dar un toque personal sobre la espuma.

Cómo hacer un buen capuchino casero

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Imagen: CONSUMER EROSKI

Disfrutar en casa de un delicioso capuchino, bien hecho y bien presentado, no es imposible. Los detalles y la originalidad no son solo cosas de las cafeterías y los bares, si bien puede llevar un tiempo lograr el toque profesional. No es una meta inalcanzable: con un poco de paciencia, pasión por el café y unos cuantos experimentos con el «arte abstracto», se conseguirá hacer dibujos sobre la espuma del capuchino para sorprender a amigos y familiares en casa.

Pero, antes de ponerse a dibujar, es imprescindible tener un buen «lienzo», es decir, un capuchino de calidad. Para hacerlo, lo primero es conocer las proporciones. El capuchino se compone de 1/3 de café expreso, 1/3 de leche calentada y vaporizada con el vaporizador de la cafetera (o con ayuda de un batidor de leche) y 1/3 de espuma de leche.

  • En primer lugar, hay que hacer un café expreso, bien sea elaborado en una cafetera italiana de las de toda la vida, en una de goteo, en una cafetera de émbolo o en una exprés de cápsulas. La que se tenga en casa.
  • Por otro lado, preparamos la leche con su toque, muy importante, de espuma. Para obtener leche con espuma, se calienta primero en una jarrita (que luego será útil para verter poco a poco sobre la taza de café). La espuma se obtiene con ayuda de un batidor de leche -también llamado espumador de leche-, que es como un pequeño ventilador que cabe en recipientes pequeños. Otra manera de hacer espuma es calentar la leche con el vaporizador de la cafetera, haciendo movimientos de vaivén para que, a la vez que se calienta, entre aire a la jarra.
  • Una vez que tenemos el café expreso en una taza apropiada para el capuchino, vertemos la leche con su espuma poco a poco y con movimientos de vaivén, de manera que suban algunas trazas de café a la superficie. Estas trazas se aprovecharán para la decoración del capuchino.

Decorar la espuma del capuchino

Existen distintos utensilios para dibujar sobre la espuma del capuchino, aunque los tres más empleados son los palillos -para usar a modo de lápiz-, las plantillas perforadas -para utilizar la técnica del stencil– y los biberones de repostería -para dibujar con siropes-.

  • Decorar con palillos. En cuanto tengamos servido el capuchino, si hemos vertido la leche con un poco de gracia, veremos unas trazas de café a modo de vetas en la espuma. Con esas líneas de café y con ayuda de un palillo podemos hacer dibujos. Lo mejor es empezar por figuras sencillas, como un corazón, una flor, figuras concéntricas o soles. Si se nos da bien la ilustración, podemos probar con trazos más complejos, como ositos o paisajes. Con esta técnica es importante tener paciencia, practicar y, sobre todo, estar abiertos a la improvisación, ya que las líneas de café son las que sugieren qué formas hacer y, por supuesto, no siempre quedan iguales en la espuma.
  • Decorar con plantillas perforadas. Es la manera más sencilla y agradecida de vestir un capuchino, aunque no se tenga ni experiencia ni habilidades para el dibujo. Utilizaremos plantillas perforadas, ya sean compradas o hechas por nosotros mismos (solo necesitamos un folio y un cúter). Algunas tienen motivos florales, palabras cariñosas o diseños abstractos. La idea es colocar la plantilla perforada sobre la taza, sosteniéndola con una mano y cerca de la espuma, pero sin que llegue a tocarla. Con la otra mano espolvoreamos canela molida o chocolate en polvo, sobre la plantilla. De esta manera, solo llegará a la espuma el polvillo que pase por las zonas perforadas, plasmando el diseño sobre el capuchino.
  • Decorar con biberones de hostelería. Estos recipientes (similares a los que contienen salsas en los restaurantes) también permiten dibujar sobre los capuchinos. Los podemos rellenar de distintos siropes, si bien los más empleados son el de chocolate líquido y el de caramelo líquido. La principal precaución con esta técnica es no excederse con la cantidad de sirope que se echa ya que, al ser un elemento más denso que la espuma, puede acabar «agujereándola» e irse al fondo del café. Esto, además de estropear la decoración, alterará el sabor original del capuchino.
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