Investigadores de la Facultad de Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Bonn (Alemania) han descubierto que el orujo de oliva, hasta ahora considerado un producto apenas aprovechable, podría aplicarse en la lucha contra infecciones causadas por ciertos hongos en los alimentos.
Según explica el boletín «Noticias del Exterior» del Ministerio de Agricultura, estos expertos aseguran que el orujo de oliva tiene cualidades óptimas para acabar con ciertos hongos muy nocivos y añaden que este efecto fungicida se descubrió casualmente al buscar soluciones para aprovechar los residuos biológicos difícilmente degradables.
En opinión de los investigadores alemanes, el efecto antifungicida del orujo de oliva se debe a los polifenoles contenidos en dicho producto, ya que éstos inhiben el aumento del número de bacterias y hongos.
Además, apuntan que estas características de los polifenoles podrían ser aprovechables en el cultivo eco/biológico, puesto que algunos tipos de hongos investigados por la citada facultad ya han reaccionado muy positivamente a los correspondientes ensayos realizados con extractos líquidos del orujo en cuestión.