Kenia, una gastronomía para descubrir

La mezcla de culturas ha convertido a la gastronomía keniata en una cocina con personalidad propia, sencilla, contundente y sabrosa
Por EROSKI Consumer 18 de julio de 2006

En este país del sureste de África, con una superficie similar a la de España, sus habitantes se reparten de forma desigual por todo el país; la mayor parte de la población se concentra en las regiones montañosas del suroeste, mientras que el resto son tierras muy áridas y apenas pobladas.

La mejor época para visitar Kenia es en los meses de julio a septiembre, o entre enero y febrero, aunque lógicamente coincide con los meses de temporada alta, y los precios de los viajes van a ser más elevados. De marzo a junio, y de octubre a diciembre se concentran las dos estaciones húmedas que condicionan en gran medida las comunicaciones por carretera así como los movimientos de la fauna.

Sus casi 30 millones de habitantes se consideran una amalgama de etnias, culturas y lenguas, lo que se manifiesta en sus creencias religiosas -protestantes, católicos, musulmanes y animistas-, en el color de su piel, con toda una gama de claroscuros, así como en la gastronomía de Kenia. La orografía del país hace el resto para asegurar variedad de alimentos; abundante ganado y cultivos en las zonas elevadas; especies tropicales en las tierras bajas y, fresco pescado y marisco que regalan sus cientos de kilómetros de costa en el océano Indico, y sus diversos lagos, entre los que destaca el lago Victoria, compartido con Uganda y Tanzania.

El buey, la ternera, la cabra y también el cordero, el cerdo y el pollo, son las carnes más consumidas. Cereales, café, hortalizas frutales, así como especies tropicales -algodón, caña de azúcar, piña o ananás y diversas plantas oleaginosas, son los más destacados vegetales que sirven para enriquecer una cocina; en general rústica en su elaboración, a la par que sabrosa.

Más carne que pescado

De la gastronomía keniana, quien viaja hasta allí, puede asegurar que se ha dejado marcar por las aportaciones europeas -sobre todo británicas-, y asiáticas. También si se visita la costa, a orillas del mar Índico, y se degusta diversos platos típicos de la cocina swahili, la más tradicional del país, se aprecian sus influencias indias y árabes.

El viajero va a comer en la mayoría de las ocasiones un plato contundente, de una elaboración simple que consiste básicamente en féculas o cereales -sobre todo maíz- mezcladas con leguminosas (frijoles) o con carne en salsa, más frecuente que pescado. Se podría decir que se trata de una comida perfecta para llenarse el estómago a un precio mínimo, aunque poco apta para personas vegetarianas, ya que la carne es el alimento elemental de la mayoría de recetas. La carne de cabra a la parrilla -allí lo llaman nyama choma, que significa «carne asada»- es uno de los platos más tradicionales. Las preparaciones de cordero y de cerdo, generalmente guisados o asados a la parrilla y acompañadas de patatas o arroz, son también muy comunes. En general, la carne se guisa o se asa a la parrilla y suele acompañarse de una guarnición de patatas, arroz o verduras, que bien puede servir de plato único.

Para comer pescado y marisco hay que estar en la costa o cerca de lagos y ríos de montaña. La tilapia, la perca del Nilo y la trucha son los pescados que ocupan la mayoría de las preparaciones. Y se puede dejar el marisco -langosta, gambas y ostras- para cuando uno llegue a la costa a disfrutar del cálido ambiente, aunque habrá que elegir convenientemente el restaurante, para que el marisco sea fresco y de calidad. En Mombasa, no faltarán de la lista de platos de los restaurantes las ostras de Mombasa, uno de los platos más típicos.

Carnes de la reserva de Masai Mara

Masai Mara es la reserva de animales salvajes más conocida de Kenia, y no falta de los recorridos turísticos. En Masai Mara el viajero va a tener la oportunidad de ver y disfrutar del típico paisaje africano que ha visto en películas como «Memorias de África» o «Mogambo»; un paraje salpicado de suaves colinas y grandes praderas en el que viven cientos de miles de animales salvajes que migran cíclicamente entre esta reserva y las llanuras del Serengeti, en Tanzania. En los restaurantes se puede encontrar una extensa carta de carne salvaje; desde las menos comunes como el búfalo, el ñú o antílopes como el gemsbok o el kudu, hasta las más habituales como la ternera y el cordero.

Los apertitivos: para comer entre horas

Para comer entre horas se puede probar el ugali, un plato muy popular importado de Uganda, fácil de encontrar en cualquier lugar. Consiste en unas bolas de harina de maíz cocidas, que tienen una textura parecida al pan. Para hacer la masa más sabrosa ésta se mezcla con mantequilla, con queso o con leche, si se dispone de los ingredientes en ese momento; y se acompaña de verduras y de trozos de carne estofada. Unos aperitivo similares, herencia de los pobladores indios que llegaron hasta las costas de Kenia, son los chapatis o tortillas de harina de maíz, y las samosas, pequeños rollos de masa rellenos de carne especiada o de verduras y fritos. Los kebabs, platos importados de la cocina árabe pero elaborados con materia prima local, también son otros socorridos platos para romper el ayuno.

Fruta tropical de postre

¿Sóla o en macedonia? De cualquiera de las maneras, la fruta tropical que se puede degustar en Kenia es muy sabrosa y abundante, aunque condicionada a la temporada. Cocos, chirimoyas, guayabas, mangos, melones, naranjas, piñas, plátanos, papayas y tamarindos…, son algunas de las frutas con las que uno se puede refrescar.

Los viajeros más cafeteros podrán disfrutar del buen café de Kenia -lo llaman kahawa-, aunque la mayor parte de la producción se exporta. Además, en este país, la influencia de los colonizadores ingleses ha dejado su marca también en las bebidas, por lo que es muy popular el chai o té con leche y azúcar.

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