En una carrera ciclista, la alimentación va a ser el eje fundamental, ya que se necesita obtener el mayor rendimiento posible en cada pedalada, y para ello, se requiere un aporte extraordinario y dosificado de energía. Además, llevar a cabo una correcta alimentación es un factor esencial para evitar la aparición de las "pájaras", que pueden echar a perder todo el esfuerzo realizado por el ciclista en unos pocos minutos.
Antes de cada etapa… Es conveniente que en las horas previas al comienzo de la etapa, el ciclista tome un desayuno que no le resulte excesivamente pesado. Lo ideal es que este desayuno tenga lugar entre una hora y media o dos horas antes de que comience la carrera. Los alimentos que formen parte de este desayuno han de ser ricos en hidratos de carbono complejos, ya que aportan energía que va a durar varias horas. El desayuno podría estar compuesto por ejemplo por distintos tipos de pan con un poco de mantequilla y mermelada o con quesos suaves, jamón york, serrano magro o fiambres, arroz con leche, cereales con leche o yogur, fruta… De esta forma se consigue que el organismo tenga unas reservas de energía adecuadas y se evita la aparición de problemas digestivos.
No olvidar los avituallamientos Para reponer las reservas de glucógeno muscular y así poder evitar las temidas pájaras, nada mejor que realizar todos los avituallamientos que hayan sido programados, ya que normalmente cuando un corredor sufre uno de estos conocidos bajones de energía, se debe a que no ha consumido la cantidad de hidratos de carbono necesarios durante la carrera.
En general, los avituallamientos constan de barritas energéticas, bocadillos pequeños con algún tipo de alimento proteico como por ejemplo queso y diferentes tipos de "pastelitos".
Es importante no olvidarse de seguir una correcta hidratación durante la realización del ejercicio, para poder conseguir unos buenos resultados. Normalmente, el ciclista se refresca con bidones que contienen una mezcla de agua y sales o preparados de azúcares que sean absorbidos con rapidez. Si el clima es caluroso, la hidratación es aún más necesaria, ya que en estas condiciones el ciclista puede llegar a perder de uno y medio a dos litros de sudor cada hora. Por lo tanto es aconsejable, siempre que las características del recorrido lo permitan, beber aproximadamente un litro de líquido por hora para mantener el organismo plenamente hidratado.
Al finalizar la etapa Nada más terminar la etapa, el ciclista ha de comenzar a ingerir líquido para mantenerse hidratado y también alimentos sólidos. Para recuperar el glucógeno muscular conviene que tome alimentos ricos en hidratos de carbono simples como galletas, dulces, azúcar, zumos de frutas… Pasado un tiempo se deben incluir alimentos en los que abunden los hidratos de carbono complejos como pasta, arroz, patata, pan…
El ciclismo es uno de los deportes más duros y con mayor exigencia energética. Una carrera o etapa de montaña supone varios días de competición en los que el ciclista está sometido a tal esfuerzo que puede llegar a perder 4 kilos de peso. Por tanto, una buena alimentación junto con una correcta hidratación son imprescindibles para obtener un máximo rendimiento.