Los Quince acordaron ayer poner fin al traspaso de cuotas de pesca de anchoa que Portugal y Francia han llevado a cabo en el golfo de Vizcaya desde 1996, informaron fuentes comunitarias. El Comité de Representantes Permanentes de la UE, que prepara las decisiones del Consejo de Ministros, alcanzó ayer un acuerdo sobre un proyecto comunitario para realizar ajustes en las cuotas de pesca de determinadas especies para 2002 y anular la normativa que permitía el intercambio de cupos de anchoa entre Portugal y Francia, una reivindicación de la flota del Cantábrico y, en concreto, de la vasca.
La Comisión Europea presentó esa iniciativa en agosto, de acuerdo con la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE, emitida en abril, que daba la razón a España en varios recursos contra dichos intercambios de cuotas realizados entre ambos países desde 1996.
El Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca de la UE ratificará formalmente dicha propuesta este próximo martes, dentro de los denominados puntos que se aprueban sin ser debatidos.
Esta decisión anulará un reglamento que permitía a Portugal capturar parte de su cuota nacional de anchoa en el golfo de Vizcaya, a cambio de conceder a la flota francesa parte de las posibilidades pesqueras asignadas para los barcos portugueses. En la propuesta se incluyen nuevos cupos para anchoa en España y Portugal en las zonas IX (situada frente a las costas gallega y portuguesa) y X (Océano Atlántico).
La propuesta indica que los barcos de Portugal y Francia sólo pueden capturar esas cantidades «en sus aguas jurisdiccionales o en las aguas internacionales de la zona afectada», lo que impide el traspaso de anchoa.
La decisión de la UE condicionará las negociaciones para la renovación del acuerdo de Arcachon, que rige desde hace ocho años la captura de anchoa en el golfo de Vizcaya y vincula a los pescadores del Cantábrico (País Vasco, Cantabria, Asturias y Galicia) y los franceses. Representantes de ambas flotas se reunieron infructuosamente el pasado mes de julio y no parece que exista un consenso que lleve a una renovación del acuerdo por parte de los pescadores. Si las negociaciones se estancan, serán los gobiernos español y francés los que acuerden los términos de la renovación del pacto, que expira este año.
El golfo de Vizcaya ha sido tradicionalmente objeto de conflicto pesquero entre España y Francia, y de bloqueos en los puertos por parte de los pescadores franceses, que impedían las descargas españolas.
