Los intoxicados por el consumo de pollo precocinado contaminado con salmonella ascienden a 1.700, según los últimos datos de la Red de Vigilancia Epidemiológica facilitados ayer por el Ministerio de Sanidad y Consumo. Este departamento destacó, no obstante, que en los últimos tres días sólo dos personas habían mostrado síntomas de padecer la intoxicación y confirmó que siguen hospitalizadas 41 personas.
«Se confirma que el proceso se encuentra en fase de remisión», señalaron fuentes del Ministerio. «Los días 4 y 5 de agosto no se ha notificado ningún nuevo caso», agregaron.
Sólo dos comunidades, Canarias y Melilla, se han librado de la masiva intoxicación causada por pollos precocinados envasados de las marcas «Pimpollo» y «SADA» en una fabrica de Lominchar (Toledo). Esta factoría, perteneciente al Grupo SADA, fue supervisada a finales del pasado mes de julio sin que las autoridades sanitarias de la comunidad castellano-manchega detectaran ninguna anomalía.
El director de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESA), José Ignacio Arranz, lanzaba el jueves un mensaje optimista. No se habían contabilizado nuevos casos y señalaba, además, que el brote había sido de «una benignidad casi impropia de la salmonella», a tenor de la levedad de los síntomas mostrados por los afectados en la mayoría de los casos. Una benignidad achacada a la forma de contaminación y a que los pollos llevaran poca carga bacteriana.
Arranz acudirá al Congreso para ofrecer explicaciones sobre la intoxicación que, según él, no se puede tildar de «crisis alimentaria». La oposición popular había solicitado una declaración de crisis alimentaria, pero Sanidad recordó que para que sea así la causa de la infección ha de ser desconocida y sospecharse que puede trasmitirse a otros alimentos.
