Bajo la lupa: Mi primer Danone

Analizamos la composición nutricional y la letra pequeña de este producto lácteo, clasificado como alimento infantil y destinado a niños de entre 6 meses y 3 años
Por Beatriz Robles Martínez 18 de noviembre de 2020
primer danone
Imagen: Eroski Consumer

Mi primer Danone es un producto lácteo que está clasificado como alimento infantil y destinado a niños de entre 6 meses y 3 años. En su etiquetado señala que sirve para que los más pequeños se adapten a la leche de vaca. Sin embargo, las entidades de referencia avisan de que estos productos son completamente innecesarios. Lo analizamos aquí.

«Desde los 6 meses»

La legislación obliga a que los alimentos infantiles indiquen la edad a partir de la cual pueden consumirse, teniendo en cuenta su composición, textura y otras propiedades. En este envase se indica que es a partir de 6 meses porque se ha utilizado un preparado lácteo modificado para adaptarlo a las condiciones fisiológicas del bebé, de manera que no aparezcan reacciones adversas por la utilización de leche de vaca sin modificar. Este producto, aunque no es perjudicial, sí que es poco recomendable para los niños, porque contiene ingredientes con escaso interés nutricional como los almidones, cuentan con poca densidad nutricional: aportan calorías, pero no nutrientes.

«Sin azúcares añadidos». No tiene, pero…

Esta mención es correcta, porque no se añaden azúcares simples. Sin embargo, sí contiene otros hidratos de carbono como el almidón de maíz y, aunque no es un azúcar simple ni tiene poder edulcorante, su efecto en el organismo es similar al de este tipo de azúcar: se digiere con facilidad, se transforma rápidamente en azúcares simples (glucosa) y pasa a sangre, lo que eleva la glucemia de forma rápida y hace que el páncreas tenga que trabajar más para segregar insulina.

En total, este producto contiene 7,8 gramos de hidratos de carbono. De ellos, 3,3 g son los procedentes de la lactosa de la leche (en la etiqueta aparecen como “azúcares”) y 4,5 g son los almidones añadidos. Un yogur natural, que se puede ofrecer en pequeñas cantidades a partir de los 9 meses, solo contiene hidratos de carbono en forma de azúcares procedentes de la leche, y no almidones.

Su mayor reclamo: «con hierro, calcio y zinc»

La normativa general establece que, para poder incluir declaraciones nutricionales, el alimento debe aportar al menos un 15 % de las ingestas de referencia. Considerando las ingestas de referencia establecidas para alimentos infantiles, los tres nutrientes cumplen la normativa para hacer dichas declaraciones. El envase también incluye declaraciones de propiedades saludables: “Mi primer Danone contiene hierro y zinc, que contribuyen al normal funcionamiento del sistema inmunitario, y calcio, que es necesario para el crecimiento y desarrollo normales de los huesos de los niños”. La alegación atribuida al zinc y al hierro (“contribuye al normal funcionamiento del sistema inmunitario”) está reconocida cuando se refiere a la población general, no como relativa al desarrollo y la salud de los niños.

Aunque este producto cumple la normativa, las cantidades de zinc, hierro y calcio que aporta Mi Primer Danone pueden conseguirse a través de alimentos saludables:

  • Zinc. Este producto aporta 0,75 mg de zinc por cada 100 g. Podemos encontrar una cantidad similar, por ejemplo, en 20 g de avena, 58 g de huevo (una unidad pequeña) o 24 g de lentejas, todos ellos alimentos que pueden consumirse a partir de los 6 meses.
  • Hierro. Este producto aporta 1,2 mg de hierro por cada 100 g. Una cantidad similar la podemos hallar, entre otros, en un huevo pequeño o en 27 g (3-4 unidades) de mejillones, alimentos que pueden tomarse a partir de los 6 meses.
  • Calcio. Posee 83 mg de calcio. Un yogur natural aporta más (a partir de 96 mg).

«A base de leche fermentada aromatizada»

Aunque se conoce popularmente como “yogur”, legalmente, la definición de yogures solo puede emplearse si la coagulación se debe exclusivamente a dos microorganismos concretos: Lactobacillus delbrueckii subspecies bulgaricus y Streptococcus thermophilus. La denominación de venta de este producto es “leche fermentada”, lo que indica que la fermentación se ha producido por otras estirpes bacterianas. Aunque no es un yogur según su clasificación legal, nutricionalmente tienen una composición muy similar.

¿Ayuda a adaptar al bebé a la leche de vaca?

En el envase se puede leer: “Ideal para que se adapte a la leche de vaca”. Sin embargo, no es necesario que el lactante consuma una leche fermentada adaptada para acostumbrarse a esta leche. Según el departamento de Salud Pública de la Generalitat de Cataluña, productos adaptados –como el que se está analizando– son totalmente innecesarios en niños menores de un año. Para el Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría, los lácteos de elección a partir de los 6 meses son la leche materna o la leche de continuación. Esta entidad afirma que se pueden ofrecer pequeñas cantidades de yogur y queso tierno a partir de los 9-10 meses.

Clasificación Nutri-Score y conclusiones

Nutri-Score no se aplica a los alimentos infantiles (entre 0 y 3 años) por estar destinados a una población con requerimientos especiales para los que este sistema no está adaptado.

? Mi primer Danone es un producto innecesario para la alimentación de los niños de 6 meses a 3 años. Su precio es casi tres veces superior al de un yogur natural de la misma marca (6,5 euros/kg frente a 2,25 euros/kg) y más de 7 veces mayor al yogur natural de otros fabricantes (0,88 euros/kg). El yogur natural tampoco es necesario en alimentación complementaria, pero puede introducirse a partir de los 9-10 meses en pequeñas cantidades.

? Este producto aporta 4,5 g de hidratos de carbono añadidos, como almidones, que se transforman rápidamente en azúcar simple (glucosa). Esto constituye una desventaja nutricional frente al yogur natural, que solo contiene hidratos de carbono en forma de azúcares procedentes de la leche. Destaca la presencia de tres nutrientes a los que el etiquetado atribuye propiedades saludables, pero solo una de ellas está reconocida específicamente en niños.

? En definitiva, no presenta ventajas sobre otros alimentos que pueden introducirse en la alimentación complementaria y cubren los requerimientos, siempre respetando los calendarios de introducción. Los lácteos de elección a partir de los 6 meses son la leche materna o la leche de continuación.

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