España da pasos decididos para reducir el consumo excesivo de sal

Nuestra ingesta diaria de sal duplica lo recomendado por la OMS. Pese a la importancia sanitaria de reducir ese consumo, muy pocos países han puesto en marcha medidas para lograrlo
Por Sonia Recio 28 de marzo de 2023
reducir consumo de sodio
Imagen: Pixabay
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado el primer informe mundial sobre la reducción de la ingesta de sodio, donde alerta sobre las consecuencias que tiene para la salud consumir este mineral de forma descontrolada. El organismo lleva tiempo instando a los gobiernos a adoptar políticas obligatorias e integrales de disminución de sodio. Según la OMS, este tipo de medidas podría evitar la muerte de unos siete millones de personas hasta 2030. Sin embargo, y muy a pesar de los indudables beneficios de bajar la ingesta de sodio, solo el 5 % de los países que forman parte de la OMS cuenta con políticas obligatorias e integrales de reducción de sodio. Entre ellos está España. En este artículo te contamos por qué evitar el exceso de sodio es bueno para la salud, en qué alimentos está más presente y qué medidas se han tomado para alertar e informar a la población española de los riesgos del sodio (o de la sal).

Diferencia entre sodio y sal

El sodio es un nutriente esencial, en concreto un electrolito (un tipo de mineral) que desempeña un papel importante en la hidratación. Ayuda a que exista un adecuado equilibrio de los líquidos del organismo, regulando el flujo sanguíneo y la presión arterial. Asimismo, es relevante para la generación y transmisión del impulso nervioso, influyendo en la función muscular. 

La fuente principal de sodio es la sal de mesa, pero otros condimentos, como el glutamato de sodio, también lo contienen. Aunque utilizamos sodio y sal como sinónimos, no son lo mismo. La sal de mesa está hecha con dos minerales, sodio y cloruro. Cien gramos de sal contienen aproximadamente un 60 % de cloruro y un 40 % de sodio. Si hacemos la cuenta, 1 gramo de sodio equivale a 2,5 gramos de sal.

¿De dónde proviene la sal que tomamos?

El sodio está presente de forma natural en un gran número de alimentos.

  • Los mariscos son ricos en este mineral: en su mayoría concentran más de 150 mg de sodio por cada 100 gramos (el pulpo y los langostinos duplican esta cifra).
  • Pescados como el lenguado, la sardina, la anchoa y la merluza tienen unos 100 gramos de sodio por 100 gramos de producto. El bonito, la dorada y la trucha dividen esta cantidad por dos. 
  • En cuanto a las verduras, la acelga, la col, la espinaca, el apio, la alcachofa y el berro son las más generosas en sodio.
  • La carne tiene una cifra muy reducida de sodio.
  • Este mineral también forma parte de la leche: unos 0,13 gramos por cada 100 miligramos.

🧂 Ingesta de sodio

  • En torno al 10 % del sodio que ingerimos diariamente se encuentra en los alimentos frescos.
  • Un 15 % de sodio se añade en forma de sal (u otros condimentos) al elaborar las recetas en el hogar.
  • El 75 % restante procede de los alimentos procesados, es la llamada «sal invisible».

«La alimentación malsana es una de las principales causas de muerte y enfermedad a nivel mundial, y la ingesta excesiva de sodio es culpable en gran medida», explica el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.

La sal justa: esta es la cantidad recomendada

De media, cada individuo consume 10,8 gramos de sal al día, más del doble de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud. El organismo sugiere ingerir, como máximo, 5 gramos de sal (una cucharilla de café), una dosis que equivale a 2 gramos de sodio diarios. 

La OMS apunta al alto consumo de sodio como el principal factor de riesgo de muerte vinculada a los alimentos y la nutrición. Provoca unos 1,89 millones de fallecimientos cada año.

El exceso de sodio está asociado a muchos problemas de salud, el aumento de la presión arterial es el más conocido. Asimismo, la hipertensión está relacionada con enfermedades cardíacas, derrames cerebrales e insuficiencia renal, entre otras patologías graves. 

Además, existe una relación entre una alta ingesta de sodio y un mayor riesgo de sufrir otras afecciones de salud, como cáncer de estómago, obesidad y osteoporosis.

Compromiso de todos los países

Con el informe ‘Global report on sodium intake reduction’ la OMS evidencia los escasos esfuerzos llevados por sus Estados miembros en lo que a la reducción del sodio en la dieta se refiere. Los gobiernos no han adoptado medidas que cumplan con la estrategia de la organización, que fijó 2025 como el año en el que la ingesta debía ser un 25 % menor. 

Tal y como revela el citado informe, en la actualidad solo el 5 % de los países (9 en total) están protegidos por políticas obligatorias e integrales de reducción de sodio. Asimismo, el 73 % de los Estados miembros (184) no aplican plenamente dichas políticas. Los países que cuentan con un paquete integral de políticas recomendadas para reducir la ingesta de sodio son: España, Lituania, República Checa, Brasil, Chile, Malasia, México, Arabia Saudí y Uruguay.

Con el fin de conocer el consumo de sodio por país y el número de políticas de reducción aplicadas, la OMS ha elaborado un mapa.

países con políticas para reducir consumo de sal
En verde oscuro se destacan los 9 países que han adoptado múltiples medidas obligatorias para la reducción de sodio. OMS
Imagen: OMS

⭐ El ejemplo de España

España alcanza una de las más altas puntuaciones a nivel global. En nuestro país se aplican estas medidas obligatorias para la reducción del sodio

  • la declaración obligatoria del contenido en todos los alimentos preenvasados.
  • implementación de todas las recomendaciones de la OMS.
  • impone límites obligatorios de sodio en los alimentos.

Medidas para disminuir el consumo de sodio

La Organización Mundial de la Salud propone a los países trabajar sobre cuatro enfoques:

  • Reformular los alimentos con el objetivo de que contengan menos sal, estableciendo metas sobre la cantidad de sodio en los alimentos y las porciones.
  • Establecer políticas públicas de compra de alimentos que limiten aquellos ricos en sal o sodio en instituciones públicas como hospitales, escuelas, lugares de trabajo y residencias de ancianos.
  • Introducir el etiquetado frontal en los envases con el fin de informar a los consumidores y ayudarlos seleccionar productos con bajo contenido en sodio.
  • Realizar campañas de comunicación que insten a un cambio de comportamiento entre la ciudadanía.
Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube