Retención de líquidos

Piernas, tobillos, manos hinchadas, algún kilo de más..., pueden ser los signos que den la señal de alarma
Por EROSKI Consumer 21 de junio de 2001

Nuestro organismo está constantemente ajustando los niveles de líquidos. Exceso de sal, de alcohol, demasiadas horas sentados, fluctuaciones hormonales en la mujer (embarazo, menopausia), y también trastornos hepáticos, cardiacos o renales, pueden desequilibrar la balanza y hacer que los tejidos acumulen fluidos. Piernas, tobillos, manos hinchadas, algún kilo de más…, pueden ser los signos que den la señal de alarma.

Lo primero que hay que hacer es consultar al médico, especialmente si el aumento de peso es repentino e importante, o si, al ejercer presión sobre la piel, queda una marca durante demasiado tiempo.

Una vez que hayan quedado descartados problemas serios, se puede recurrir a remedios sencillos pero efectivos:

– Métase en agua. La presión del agua hace que los líquidos se acumulen en la vejiga, siendo más fácil expulsarlos a través de la orina. Una vez dentro del agua, -en el mar, en la piscina o en una bañera llena de agua-, haga movimientos con las piernas para que los músculos bombeen los líquidos hacia la vejiga.

– Evite los diuréticos. Si los toma, ha de ser bajo prescripción facultativa. Consumidos de forma regular por un pequeño problema de retención de líquidos, estos acabarán estimulando la acción de las hormonas que darán orden al organismo de que retenga sales y agua (efecto rebote).

– Limite la sal. Hasta que los riñones no consigan expulsar el exceso de sodio que haya ingerido con los alimentos (un trabajo que puede llevarles más de 24 horas), el organismo retendrá líquidos.

– Mueva las piernas. El ejercicio (nadar, caminar, ir en bici…) ayuda a eliminar el exceso de líquidos. Si su trabajo le obliga a estar sentado durante muchas horas, mueva los dedos de los pies hacia arriba y hacia abajo, para que los músculos de las piernas ejerzan una acción de bombeo.

– Beba mucha agua. Cuanto más agua tome, más diluidas estarán las sales y más fácilmente se eliminan. La cantidad mínima recomendada son unos seis vasos de agua diarios, sin esperar a tener sed para beber; la sed es la señal de que ya ha comenzado la deshidratación en el cuerpo. El primer vaso, justo al levantarse, para ayudar al organismo a eliminar los fluidos acumulados durante la noche.

– Tome infusiones. Hay varias hierbas y verduras que tienen efecto diurético (aumenta la producción de orina). Las más eficaces son las infusiones de perejil, enebro, hojas de olivo, cola de caballo y en cuanto a alimentos, caldos de puerros, espárragos frescos y pepino.

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