Sanidad se plantea prohibir la venta de bollería, snacks y refrescos en los colegios

Junto con las comunidades autónomas, estudia medidas para combatir la obesidad infantil
Por EROSKI Consumer 16 de julio de 2010

La venta en los colegios de bollería, chucherías, snacks y refrescos quedará prohibida si prospera una iniciativa para combatir la obesidad y el sobrepeso, de acuerdo a un documento que el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas estudiarán antes de que concluya este mes. El objetivo es frenar entre los escolares una problemática que ya afecta a uno de cada cuatro niños en España.

La propuesta se recoge en un documento de consenso sobre la alimentación en los centros educativos que se analizará en el próximo Consejo Interterritorial de Salud. Todo apunta a que el texto saldrá adelante, ya que desde 2005 existe un compromiso de autorregulación del sector de las máquinas expendedoras para reducir su presencia en los colegios.

Esta iniciativa, enmarcada en la Estrategia NAOS por una nutrición sana, ya ha dado sus frutos a lo largo de estos años. Apenas se venden así refrescos en los centros escolares, aunque no ha sido tan efectiva con otros productos con una excesiva carga calórica. El documento desarrolla la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición, que se aprobará este año, y que plantea prohibir «la venta de alimentos con un alto contenido en ácidos grasos saturados, ácidos grasos trans, sal y azúcares sencillos, ya sea mediante máquinas expendedoras o en cantinas, bares o locales similares situados en el interior de los centros escolares». No obstante, este texto podrá recibir las aportaciones de los agentes implicados antes de su tramitación parlamentaria, por lo que podría sufrir variaciones.

En este texto se defiende que los escolares sólo podrán adquirir agua, lácteos y zumos que no abusen del azúcar, cereales, frutos secos no fritos, sandwiches, bocadillos o productos de panadería, incluidos los bollos, si se ajustan a los límites en grasas que establezca la citada ley. El documento propone erradicar los productos prohibidos de los centros de Educación Infantil, Primaria y Especial, junto con su publicidad en los de Educación Secundaria, para evitar el «efecto inductor» que invita a los adolescentes a consumir estos productos inapropiados para su salud.

Sanidad quiere promover la ingesta de alimentos y bebidas consideradas saludables entre los estudiantes y limitar, al mismo tiempo, el consumo abusivo de determinados nutrientes. Las prohibiciones «se podrán aplicar sólo a los productos envasados» que se distribuyan en los puntos de venta y será la persona o empresa responsable del abastecimiento y servicio de las máquinas expendedoras, cantinas y quioscos quien compruebe que cumple con estos criterios. Para ello, habrá que supervisar el etiquetado nutricional o exigir esta información a las empresas, fabricantes o distribuidoras.

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