Dermatitis del pañal: por qué se produce y cómo tratarla

La falta de ventilación, la acumulación de orina y el uso excesivo de jabones son las causas más frecuentes de esta irritación, que se puede prevenir con facilidad
Por EROSKI Consumer 20 de octubre de 2011

La dermatitis del pañal, como su nombre indica, es la irritación de la piel que queda cubierta por el pañal. Se manifiesta por un enrojecimiento de bordes bien delimitados, más o menos doloroso al contacto según su intensidad, y está causada por la combinación variable de distintos factores que pueden atacar la piel de esta zona:

  • Humedad, falta de aire y rozamiento
  • Amoníaco producido por la orina
  • Irritantes de las heces, sobre todo cuando se vuelven ácidas en las diarreas
  • Productos utilizados para lavar pañales de tela
  • Abuso de jabones, o limpieza excesivamente enérgica.

Sin embargo, no todas las dermatitis que afectan el área del pañal son producidas exclusivamente por la acción de estos irritantes. Las bacterias y, sobre todo, los hongos pueden complicar o ser los responsables de una dermatitis. En niños afectos de dermatitis seborreica, eczema atópico o psoriasis, la especial forma de reacción de su piel puede manifestarse precozmente en esa zona.

Prevención

Aunque en la dermatitis del pañal, prevención y tratamiento coinciden, este problema es también más fácil de prevenir que de curar. Para ello, es necesario:

  • Cambiar los pañales lo antes posible. El mejor pañal no es el más absorbente sino el que se cambia con más asiduidad.
  • Lavar la zona sólo con agua, suavemente, sin olvidar los pliegues. Los lavados frecuentes con jabón pueden debilitar la barrera de protección natural que recubre la piel.
  • Procurar que el bebé pase un rato cada día sin pañales.
  • Usar por las noches (o siempre, si el bebé tiene tendencia a irritarse) una pomada a base de óxido de zinc.

Tratamiento

  • Cambio de pañales. Aumentar al máximo la frecuencia de los cambios, comprobando si esta húmedo o sucio cada hora y al menos una vez durante la noche.
  • Lavado. Con cada cambio, lavarle a fondo con agua tibia, quitando restos de cremas que puedan haber quedado.
    • Es mejor no emplear toallas ni paños que, además de dolerle, aumentarán la irritación de su piel. Lo ideal es lavarle en su bañera escurriendo agua tibia de una esponja o vertiéndola de una jarra.
    • No usar toallitas desechables impregnadas en jabón.
    • No utilizar jabón, salvo que las heces sean muy pegajosas y difíciles de eliminar sólo con agua. En ese caso, emplear uno muy suave, mejor de avena, y aclarar luego bien.
    • Secar la piel al aire, dejándole un rato sin pañales, o con una gasa, tela o papel muy delicados. También va bien emplear el secador de pelo con aire frío. 
  • Ventilación. Da buenos resultados dejarle con la piel al aire tanto tiempo como sea posible, acostándole sobre un pañal abierto o una toalla absorbente por tandas de quince minutos. Otra posibilidad es emplear pañales más grandes o ponérselos más holgados. También se les puede hacer orificios que permitan la entrada de aire. 
  • Pomadas. Las pomadas a base de vaselina y óxido de zinc, como la «pasta Lassar», son muy útiles. Pero, por muy efectiva que parezca cualquiera de ellas, nunca se debe considerar como remedio fundamental ni abandonar los otros puntos del tratamiento.
    • El talco y cualquier polvo puede complicar la curación de una zona de piel erosionada.
    • No deben emplearse pomadas con antibióticos, antifúngicos o corticoides si no las manda el pediatra.

 

Dermatitis por cándidas

Las cándidas, como todos los hongos, proliferan enseguida en presencia de humedad. Cualquier microbio infecta más fácilmente la piel cuando su integridad se ha perdido por una erosión o herida, de modo que el área del pañal es un terreno abonado para estos microbios.

Aunque esta infección aparece casi siempre complicando una dermatitis del pañal normal, también puede hacerlo directamente cuando el niño tiene ese hongo en la boca (muguet), o está recibiendo antibióticos que alteran el equilibrio ecológico de la flora intestinal y favorecen el crecimiento de las cándidas.

La piel se enrojece entonces mucho más, formando grandes placas de color rojo brillante rodeadas a menudo por otras más pequeñas, como satélites.

Con el preparado antifúngico que recete el pediatra, se resuelve en dos o tres días. Sin embargo, si se asentaba sobre una dermatitis del pañal previa, ésta puede persistir por mucho que se insista con el funguicida, si no se cambia y lava al bebé debidamente.

Es necesario avisar al pediatra inmediatamente si:

  • No mejora en tres días
  • Dificulta el sueño
  • La piel se pone en carne viva o sangra
  • Aparecen ampollas o úlceras
  • El enrojecimiento se extiende más allá de la zona cubierta por el pañal
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