Estas son las enfermedades reumáticas más frecuentes en la infancia y adolescencia

Algunas de las más de 200 patologías reumáticas se manifiestan antes de que los menores cumplan 16 años con síntomas como dolor, inflamación de las articulaciones, cansancio o cojera
Por María Huidobro González 5 de abril de 2024
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Imagen: RachelBostwick
Las enfermedades reumáticas también son cosas de niños y niñas. Algunas de las más de 200 patologías del aparato locomotor aparecen en la infancia y el 45-50 % de los menores que las padecen necesitan continuar con tratamiento de adultos. Por eso el diagnóstico precoz es fundamental, y antes el papel de los padres y madres, porque un dolor crónico ya puede avisarnos de que nuestro hijo puede sufrir una de estas afecciones. A continuación, te contamos cuáles son las enfermedades reumáticas más significativas a estas edades, sus síntomas y la importancia de la práctica de actividad física en todas ellas.

Reuma en la infancia y adolescencia: síntomas, consecuencias y tratamiento

Todavía hoy en día las enfermedades reumáticas y autoinmunes sistémicas se relacionan con las personas mayores. No en vano, según el estudio EPISER de la Sociedad Española de Reumatología (SER), una de cada cuatro personas mayores de 20 años en nuestro país (11 millones) padece alguna de ellas: artritis reumatoide, artrosis, osteoporosis, lumbago…

Sin embargo, también los más pequeños pueden sufrirlas. De hecho, algunas se manifiestan antes de que los menores cumplan 16 años con síntomas como dolor, inflamación de las articulaciones que empeora en reposo, alteración en el comportamiento, cansancio atípico o cojera. Como apuntan desde la sociedad médica citada, en España hay entre 8.000 y 10.000 niños, niñas y adolescentes diagnosticados de una patología reumática. Y, en general, son más frecuentes entre las chicas.

Pero podrían ser más los afectados. De ahí la importancia de visibilizarlas y poner el foco en la detección precoz, con el fin de lograr un diagnóstico temprano y un tratamiento que pueda ayudar a que el daño sea menor, ya que este tipo de enfermedades pueden ser “muy discapacitantes”. Como advierte Olaia Fernández, reumatóloga del Hospital Universitario de Basurto (Bizkaia), “se debe tener en cuenta que casi la mitad de los niños con este tipo de enfermedades precisará seguir con el tratamiento (fármacos modificadores de la enfermedad o terapias biológicas) en la edad adulta”.

pulseras solidarias reuma

Parte de los dibujos de las pulseras solidarias creadas por el diseñador e ilustrador, Javirroyo, para dar visibilidad a las enfermedades reumáticas.
Imagen: @Javirroyo / SER

➡️​ Hábitos saludables

Y es que cuando la enfermedad se deriva a tiempo a los servicios de reumatología donde se diagnostica y se pone el tratamiento adecuado (para limitar el dolor y la inflamación), la mayoría de los menores puede llevar una vida normal. Para ello, resulta esencial adquirir hábitos saludables como realizar ejercicio físico con frecuencia, llevar una dieta equilibrada y mantener la adherencia al tratamiento.

Los expertos de la SER recuerdan que, a pesar de lo que se cree, la actividad física es fundamental y muy beneficiosa para los niños, niñas y adolescentes con enfermedades reumáticas. Aumenta su autoestima, contribuye a mantener un peso adecuado y evitar complicaciones cardiovasculares en la edad adulta y, según algunos estudios, hasta disminuye el número de articulaciones afectadas, el dolor y la fatiga.  

Nadar o montar en bicicleta son los deportes más recomendados, pues no suponen una carga excesiva sobre las articulaciones. Pero en principio, los peques podrían realizar cualquier ejercicio, siempre teniendo en cuenta que no debe causar dolor y deben retomarlo poco a poco tras un episodio inflamatorio articular.

➡️​ Durante la adolescencia

Los especialistas se fijan de manera especial en los adolescentes, pues estas enfermedades pueden disminuir su autoestima y aumentar su aislamiento social o dificultad en el establecimiento de relaciones de amistad o pareja.

Para ellos insisten en que debe haber una correcta transición hasta que acudan a las Unidades de Reumatología de adultos. En concreto, consideran que se debe hacer un seguimiento estrecho e ininterrumpido por parte de los profesionales, sobre todo prestando atención a la adherencia terapéutica. Pero también sostienen que hay que garantizar que adquieran los conocimientos, las habilidades y las competencias que son necesarios para poder cuidar de su enfermedad con madurez e independencia.

Principales enfermedades reumáticas en niños y adolescentes

🔴 Artritis idiopática juvenil

La artritis idiopática juvenil (AIJ) engloba a un grupo heterogéneo de enfermedades inflamatorias de causa desconocida que empiezan antes de los 16 años y se mantienen al menos seis semanas sin otro origen que lo pueda explicar. Es, por tanto, la enfermedad reumática más frecuente en la edad pediátrica: puede afectar a uno de cada 1.000 menores. Se da principalmente en niñas, si bien la AIJ sistémica se produce por igual en ambos sexos, mientras que en la artritis relacionada con entesitis es más de niños.

Síntomas:

  • Los típicos de la artritis: dolor, hinchazón y calor en las articulaciones, con rigidez y dificultad para hacer movimientos.
  • Puede tener comienzo lento y progresivo. Puede que el menor cojee o tenga mucho cansancio: los más peques están quejosos y no quieren ni andar, mientras a los mayores les cuesta moverse al levantarse de la cama.
  • Si se inicia de manera brusca, suele hacerlo de gravedad con malestar general, fiebre alta, manchas en la piel, dolor en brazos y piernas o hinchazón en las articulaciones.
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Imagen: aiamkay

🔴 Uveítis

Más propia de jóvenes, esta inflamación de la capa media del ojo también puede producirse en niños, niñas y adolescentes, asociada a la AIJ. La uveítis anterior crónica aparece predominantemente en las chicas, pero tiene peores resultados visuales en niños “porque suelen aparecer más complicaciones”, explican los especialistas en reumatología pediátrica.

Síntomas

  • En general: parpadeos excesivos, visión borrosa, alta sensibilidad a la luz o rojez y dolor en los ojos.
  • En uveítis anterior: dolor, enrojecimiento ocular y fotofobia.
  • En uveítis posterior: visión de “moscas volantes” y disminución de la agudeza visual.

🔴 Lupus eritematoso sistémico

El lupus eritematoso sistémico (LES) consiste en una enfermedad autoinmune por la que el sistema inmune reconoce estructuras del propio cuerpo como ajenas y produce anticuerpos para atacarlas. Esta enfermedad afecta a la piel, las articulaciones, los riñones, el corazón, los pulmones… Es más frecuente en niñas, pero los niños tienen más posibilidades de sufrir afectación renal, lo que puede empeorar su pronóstico.

Síntomas:

  • Eritema en la nariz y mejillas con forma de alas de mariposa.
  • Dolor e inflamación de las articulaciones, cansancio, fiebre…
  • Disminución de glóbulos blancos, rojos y plaquetas.
  • Trastornos neurológicos como estados de confusión, cefaleas o convulsiones.

🔴 Esclerodermia

Entre las enfermedades autoinmunes crónicas, destaca la esclerosis sistémica, más conocida como esclerodermia. Frecuente en mujeres de mediana edad, se caracteriza por producir una alteración del colágeno que provoca que la piel se endurezca. También se puede iniciar en la infancia con una proporción 4:1 a favor de las niñas.

Síntomas:

  • Afecta principalmente a la piel: cambio de coloración en las manos (dedos blancos como la cera, amoratados o rojizos) por exposición al frío o aparición de úlceras dolorosas en las yemas de los dedos.
  • También puede dañar a otros órganos (pulmones, corazón, riñón y aparato digestivo). Se nota con dificultad al tragar, reflujo tras las comidas y la sensación de falta de aire al realizar esfuerzos moderados.

🔴 Otras enfermedades reumáticas

Son menos habituales, pero también frecuentes, la dermatomiositis juvenil (DMJ), las enfermedades autoinflamatorias como la fiebre mediterránea familiar y el síndrome PFAPA, además de otras vasculitis (inflamación de los vasos sanguíneos), como la enfermedad de Kawasaki en menores de cinco años (parecida en síntomas al síndrome inflamatorio multisistémico que surgió tras la covid-19) o la púrpura de Schönlein-Henoch (PSH) en peques de 3 a 10 años.  

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