Lactancia materna en público, una reivindicación muy natural

El 43% de las madres siente pudor o considera incómodo dar el pecho a su hijo en público
Por Marta Vázquez-Reina 11 de septiembre de 2013
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Imagen: hugabub

Aunque los especialistas recomiendan la lactancia exclusiva de los bebés al menos hasta los seis meses, en España solo el 18% de las madres sigue este consejo. Para muchas mujeres, la incomodidad de dar el pecho en público es el principal inconveniente de la lactancia. En este artículo se proporcionan algunos consejos para encontrar mayor intimidad al lactar en público y se explica por qué dar visibilidad al amamantamiento es la mejor manera de normalizar esta práctica natural.

Lactancia materna: la «incomodidad» de dar el pecho en público

La mayoría de las madres son conscientes de los beneficios de la lactancia materna para sus hijos. Sin embargo, muchas la abandonan antes de tiempo. ¿Qué problemas encuentran estas mujeres para amamantar a sus bebés? La complicación de combinar la alimentación con leche materna y la actividad laboral es la principal traba que señalan.

Pero existe otro importante inconveniente para ellas: la incomodidad de dar el pecho en público, un aspecto de peso que apunta el 43% de las mujeres. Incluso el 14% de las madres opta por abandonar esta práctica por este motivo. Así lo refleja la ‘Encuesta Nacional sobre Hábitos de Lactancia‘, un estudio impulsado por la Iniciativa Mundial de la Lactancia Materna.

Lactancia materna en público

«Las mujeres deben entender que la lactancia materna es un comportamiento natural. Exponerse al público no debería ser un problema, porque nuestros pechos tienen esa función primaria», arguye Gema Carcedo, presidenta de Multilacta, un grupo de apoyo a la lactancia.

La lactancia materna en público arrastra prejuicios y miedo a la exposición que los expertos recomiendan superar

El grupo de apoyo navarro Amagintza coincide con esta opinión. «Una madre que amamanta, lo que está haciendo es responder a una necesidad que tiene su bebé en un momento determinado», dice Beatriz Mansilla, presidenta de este grupo. Por eso, Mansilla recomienda a las mujeres que no se pregunten si hay alguien que se pueda molestar o si las estarán mirando, «estamos en pleno siglo XXI, y ya es hora de quitarse los prejuicios que nos han impuesto anteriores generaciones«.

Lactancia materna fuera de casa: encontrar intimidad

Pudor, timidez, vergüenza o temor a la reacción del público. Estas son las principales razones por las que a algunas madres les resulta embarazoso amamantar a sus hijos frente a las miradas de otras personas. Es el caso de Claudia Sepúlveda, autora del blog Mami fashionista. Esta madre deja claro que no está en contra de amamantar en público, pero tampoco a favor. Y remacha: «Prefiero mil veces tomarme la molestia de ir al baño, extraer la leche y luego dársela con el biberón, que tener que sacarme el pecho en público».

Sepúlveda no es la única madre que prefiere reservar este acto para la intimidad. «Me resulta mucho más cómodo dar el pecho a mi hijo tranquilamente en casa, que en un restaurante o cafetería rodeada de gente que en algunos casos se siente incómoda», admite Ana Pérez, madre de dos hijos alimentados con leche materna. En cualquier caso, zanja esta mujer, «se trata de una decisión muy personal, por eso, hay que respetarla».

A pesar del recelo de algunas madres, al amamantar en público lo que menos se ve es el pecho, señalan las expertas. «Hay mujeres que piensan que todo el mundo las mira cuando amamantan, pero en realidad para lactar no tienes por qué enseñar nada», apunta Alba Padrós, del grupo Alba de lactancia materna. En estos casos, las camisetas de lactancia, fulares y los portabebés son algunos de los recursos que facilitan dar el pecho en público de forma discreta.

También se puede recurrir a las salas de lactancia que han creado en algunos lugares públicos para amamantar en privado, aunque hay que tener claro que «son solo una opción, en ningún caso una obligación», añade Padrós. Gema Carcedo, asesora de lactancia, comenta que «estas salas son bienvenidas, siempre que no compartan espacio con baños o aseos», una circunstancia poco higiénica.

Para superar la timidez o vergüenza inicial, estas expertas recomiendan también lactar las primeras veces en la calle en compañía de otras madres más veteranas. No sentirse sola es importante para entender que «no hay nada malo en amamantar en público», concluye Padrós.

Una lactancia materna más visible y con menos prejuicios

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Imagen: Joe Shlabotnik

La normalización de la lactancia pasa por dar visibilidad al amamantamiento, y las mujeres que dan el pecho en público son las que logran educar las miradas y conseguir que, poco a poco, la lactancia sea vista por los menos habituados como algo normal.

Sin embargo, no todas las personas consideran esta práctica adecuada para llevarla a cabo en público. Algunos desafortunados incidentes revelan las trabas que aún existen: como el de una mujer en el País Vasco a la que los responsables de una piscina pública prohibieron amamantar a su bebé en las instalaciones, u otra madre en Cataluña a la que no le dejaron dar el pecho en un restaurante.

Las posturas contrarias al amamantamiento público son más frecuentes en los casos de lactancia prolongada. «Amamantar a un bebé o un recién nacido no suele ser criticado, y hasta recibes comentarios de aprobación y miradas de admiración cargadas de ternura. El problema empieza cuando el bebé crece y las miradas positivas se convierten en miradas de reprobación», confiesa Padrós.

Hay mucho desconocimiento y perjuicios, «queda mucho camino por recorrer», reconoce Mansilla. Por eso, es necesario informar -añade esta experta- a toda la sociedad, para que se entienda que una mujer no se debe esconder para alimentar a su bebé. Y, si quiere mayor intimidad, «que sea siempre por voluntad propia».

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