La paga, una herramienta para aprender educación financiera desde pequeños

Más de la mitad de los niños y niñas reciben dinero de sus familias. La paga es una herramienta fundamental para poner en práctica la educación financiera si se ofrece de forma adecuada. ¿A partir de qué edad darla?
Por Adrián Cordellat 8 de abril de 2024
paga niños
Imagen: Oleksandr P
Según datos del informe ‘Educación financiera, ¿qué debemos saber?’, elaborado por la Fundación Junior Achievement España y la Universidad de Murcia, aproximadamente la mitad de los estudiantes de primaria (6-12 años) recibe una paga de forma periódica, una cifra que aumenta hasta el 62 % en el caso de los alumnos de secundaria (12-16 años). Estas cifras podrían dar a entender que, como en tantos otros aspectos relacionados con la educación y la crianza, nos encontramos ante un nuevo caso de las dos Españas, la de la paga y la del dinero a demanda. Sin embargo, para todas las expertas consultadas el debate solo tiene una respuesta: paga sí.

El porqué a esa contundente respuesta también genera unanimidad: la paga es una herramienta extraordinaria de educación financiera. En muchas ocasiones, la única que existe dada la ausencia de este tipo de formación en el currículo académico de primaria y ESO. Los últimos datos sobre competencia financiera son del informe PISA 2018 (15 y 16 años) y reflejan que España, con 492 puntos, está lejos de la media de los países de la OCDE (504) y a años luz de países punteros como Estonia (547), Finlandia (537) o Canadá (532).

¿Para qué sirve la paga?

“La paga es una herramienta magnífica para que nuestros hijos aprendan a gestionar su dinero de manera autónoma, responsable y eficiente, ya que cuando crezcan deberán tomar decisiones relacionadas con el dinero. Si les damos el dinero a demanda o cuando lo necesiten, estamos impidiendo que aprendan a autorregularse”, resume Sara Vicent, experta en educación financiera para familias. Según un estudio sobre la población holandesa de 2014, los adultos que provienen de familias en las que de niños recibían una paga y les habían enseñado a manejarla ahorraban entre un 16 % y un 30 % más.

Pero los beneficios van mucho más allá del ahorro, ya que las finanzas personales tienen un impacto directo en la salud global de las personas. Un estudio de 2022 de la OCDE ponía de manifiesto que las personas que tienen un alto grado de estrés financiero (es decir, que sufren problemas causados por una gestión no acertada de su dinero) tenían un 20 % más de probabilidades de desarrollar problemas de salud y enfermedades como migrañas, insomnio, ansiedad, depresión, dolores de espalda, úlceras, hipertensión o ataques al corazón.

¿A partir de qué edad se recomienda?

En España las familias suelen empezar a dar la paga alrededor de los siete u ocho años, según el informe de la Universidad de Murcia. Las expertas serían partidarias de adelantar esa edad. “A partir de los cinco o los seis años los niños y las niñas ya saben sumar y restar e, incluso, ha venido el Ratoncito Pérez o han recibido algún dinero extra. Hay que aprovechar que a los niños les llama mucho la atención el dinero”, aconseja Amalia Guerrero, experta en economía familiar.

¿Qué periodicidad debe tener?

La recomendación durante los primeros años y casi hasta la adolescencia es que la frecuencia sea corta. ¿La mejor alternativa? La paga semanal. “Cuanto más pequeños son, más corta debería ser la periodicidad, porque hay una zona del cerebro, el lóbulo prefrontal, que aún no está del todo desarrollada y que es la que tiene que ver con la visión del futuro. Es decir, que si le damos una paga mensual a un niño de siete u ocho años corremos el riesgo de que se gaste todo el primer día”, señala Mónica Rodríguez Enríquez, doctora en Psicología de la Universidad de Vigo.

¿Cuánto dinero debemos dar?

paga educación financiera
Imagen: cottonbro studio

Es difícil estipular de manera general una cifra económica para la paga. En todo caso, dependerá de la edad del menor y de las posibilidades económicas de cada familia. La paga en menores de 10 años no suele superar los 5 euros. En los últimos años de primaria (10-12 años) se suele situar de media en los 12 euros semanales, una cifra que sube hasta los 25 euros en los últimos años de la ESO (15-16 años), según el informe ‘Educación financiera, ¿qué debemos saber?’.

Sea la cantidad que sea, en todo caso, la comunicación es clave. Por ello, antes de instaurar la paga, recomienda hacer una reunión familiar para explicar a los hijos que la paga tiene como objetivo su educación financiera y que habrá unas normas y unos límites a la hora de tomar decisiones. “Los padres deberán especificar el día en el que los niños recibirán la paga, el importe y para qué podrán utilizar su dinero, así como el hecho de que una parte de esa paga deberán apartarla al recibirla y ponerla en una hucha para el ahorro”, afirma Sara Vicent.

¿En efectivo o tarjeta?

En tiempos de ausencia de efectivo y hegemonía de las tarjetas monedero, las transferencias bancarias y aplicaciones como Bizum, surge la duda de cómo dar la paga. “Hasta los 11 años, aproximadamente, no hay una capacidad cognitiva que permita bien la abstracción, así que entienden mejor las cosas cuando las tocan. Partiendo de esa base, la intuición me dice que quizás a estas edades sea más adecuado recibir el dinero en efectivo, porque eso permite mejor la comprensión”, afirma Rodríguez Enríquez.

¿Se debe dar la paga a cambio de algo?

¿La paga se debe dar porque sí o, por el contrario, debe ser una especie de retribución por la colaboración de los niños en determinadas labores domésticas? Ante esta pregunta, las expertas no se ponen de acuerdo.

“Nuestra filosofía es que debemos incorporar pequeños esfuerzos del niño que estén asociados a la paga, porque es la única forma de educarles en la cultura del esfuerzo y que el día de mañana no piensen que el dinero lo van a tener gratis”, opina Francis Blasco López, vicedecana de la Facultad de Comercio y Turismo de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). En este caso, se recomienda poner pequeñas tareas a los menores como poner y quitar la mesa, poner el lavavajillas, hacer su cama… “Pequeñas obligaciones para que se empiece a generar en ellos una conexión entre esfuerzo y dinero”, aconseja Blasco.

Amalia Guerrero y Mónica Rodríguez opinan lo contrario. “No estoy a favor de dar la paga a los niños a cambio de hacer tareas domésticas o de sacar buenas notas, eso es su responsabilidad. A mí no me pagan por poner una lavadora”, sostiene Guerrero.

Algunas familias optan por un modelo mixto: una paga fija que luego se puede complementar con trabajos extraordinarios que puedan hacer los niños. “Ese modelo sí que combinaría las dos cosas, pero al final hablamos de competencias y valores diferentes y si los mezclamos se pueden desvirtuar”, añade Rodríguez.

¿Qué pueden hacer los hijos con la paga?

El dinero debe destinarse para gastos propios de los niños (chuches, salir con amigos, caprichos…) y nunca para pagar gastos básicos. “Los padres continúan asumiendo los gastos de la crianza y la educación, obviamente. Y deben reflexionar y establecer qué gastos asumirá su hijo: juguetes, cromos, aficiones…”, cuenta Vicent.

Pero se debe fomentar el ahorro. Este concepto es algo que los niños entienden muy bien, por lo que se recomienda dividir la paga: una parte para gastar y otra para guardar. “Una forma de fomentar el ahorro es la estrategia del bonus. Es decir, si nuestros hijos quieren comprarse algo que vale 50 euros y llevan semanas ahorrando y han llegado a 45 euros, una buena idea para reconocer el esfuerzo de ahorro es ayudarles con cinco euros a alcanzar el objetivo”, señala la psicóloga Mónica Rodríguez.

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