En todo hogar en la que haya niños pequeños o adolescentes, es muy habitual encontrar muñecos de peluche o de trapo entre los elementos que decoran las habitaciones. Éstos suelen ser un bonito recurso para ocupar desde pequeños espacios a grandes huecos complicados de cubrir de cualquier otra manera, pero, al igual que el resto de elementos que decoran una habitación, los muñecos también acumulan polvo.
Para evitar que este centro de almacenamiento de polvo y ácaros pueda desembocar en la aparición de síntomas en las personas alérgicas, hay que limpiar periódicamente los peluches de la siguiente manera:
– Los peluches de menores dimensiones, ocasionalmente, pueden introducirse en la lavadora. No obstante, no conviene recurrir siempre a esta posibilidad porque los muñecos se acabarían estropeando considerablemente.
– Aquellos peluches que por su tamaño no entren en una lavadora, o si simplemente se quiere evitar el desgaste excesivo, se pueden limpiar introduciéndolos en una bolsa de nailon y vertiendo en ella unos puñados de bicarbonato (la cantidad varía dependiendo del tamaño y la cantidad de muñecos que haya dentro). Se cierra bien la bolsa y se agita para que el bicarbonato actúe en todos los muñecos y sobre toda su superficie. Pasadas unas 3 horas, se sacan los peluches y se retiran los restos de bicarbonato con la ayuda de un aspirador.
De esta manera se asegura la perfecta desinfección de los peluches que adornan la estancia, además de esquivar cualquier problema que la acumulación de polvo pudiera ocasionar.
