Cuando el marco ya está hecho, lo primero que se debe hacer es tomar las medidas interiores del marco en anchura y altura para comprar el cristal al que restaremos, por seguridad, dos milímetros.
Cuando el vidrio en la mano se colocará por la parte posterior del marco seguido de la fotografía o pintura y de un cartón de las mismas dimensiones que sirva de protección.
Será especialmente importante que el cristal colocado esté perfectamente limpio porque cualquier mancha o resto dactilar será visible permanentemente, desluciendo el contenido del marco.
El último paso es del cerrado del marco. Para cerrar y acabar el cuadro, hay que fijarse de nuevo en la parte posterior del marco donde es recomendable colocar un clavo cada 12 centímetros. Para ello se pueden utilizar unos alicates múltiples o un botador de carpintero. Los clavos se dejarán a medio clavar para hacer tope y que no se suelten el vidrio, la foto ni el cartón.
El acabado se hará colocando una tira de kraft encolado que debe estar a un par de centímetros del borde exterior de las molduras y perfectamente unida al dorso del marco. Es preferible que las tiras de cada lado se superpongan unas a otras, ajustándolas a la longitud de cada lado, sirviéndose de un cúter para realizar bien el corte.