A la hora de diseñar un mueble de estas características la imaginación es un factor determinante. Una vez definido el diseño hay que buscar los materiales necesarios para su construcción. Conviene utilizar maderas macizas como el pino o la haya. Esta última es más resistente que el pino pero éste tiene como ventaja que al ser más blanda también es más fácil de manejar. En cualquier caso la elección del material depende de gustos y del presupuesto disponible. La cuna se compone de cinco partes: dos cabeceros, los costados laterales y el somier. La medida estándar es de 120 x 60 cm. Uno de los aspectos más importantes es la separación entre barrotes. No debe ser superior a 8 cm. Y el diámetro de los barrotes debe situarse entre los 15 y 20 milímetros.
El montaje de una cuna es muy sencillo ya que tan sólo hay que unir cinco piezas. El ensamblaje de las piezas se realiza con cola de carpintero mientras que para unir los costados, el cabecero y el somier se utilizan tornillos de cabeza plana y rilos empotrados en la madera. La unión de los barrotes con los largueros es vital para la seguridad de la cuna. Hay que realizar tantos agujeros como barrotes tenga el lateral de la cuna y los agujeros deben tener todos la misma profundidad y ser perfectamente perpendiculares con el fin de que el montaje sea perfecto.
