Si el pavimento del porche se encuentra deteriorado y se quiere renovar por un módico precio posiblemente la lectura de este artículo ofrecerá una solución. La idea es recubrir el viejo pavimento con un recubrimiento polimérico que se puede encontrar en el mercado con una amplia gama de acabados y colores.
Lo primero que se ha de hacer es marcar los espacios entre las baldosas, si existen, con una cinta de plástico autoadhesiva. Aplicar el mencionado producto de forma regular, para conseguirlo es recomendable emplear una pistola con compresor.
Cuando el nuevo pavimento esté seco, retirar las cintas, procurando no dejar restos. Para proteger el acabado final se deberá aplicar sobre el nuevo pavimento una capa de barniz, que también le dará viveza al color del mismo.
Una vez realizado este proceso, el nuevo pavimento ya no presentará las imperfecciones de antaño, por lo que su mantenimiento y limpieza serán mucho más sencillos.