En ocasiones, la falta de cuidados, un golpe inoportuno, la misma humedad o las dilataciones provocadas por los constantes cambios de temperatura pueden hacer que la pintura de ciertas zonas de los muebles o estructuras de madera, en el presente caso una cenefa, se desprenda, afeando su aspecto.
Para solventar este tipo de problemas lo primero que hemos de intentar es decapar la madera, con la ayuda de un producto decapante, o bien empleando un accesorio para el taladro en forma de cepillo circular, o simplemente lijando toda su superficie. Luego, habrá que comprobar si hay presencia de termitas o carcoma en la superficie de la madera que se va a restaurar y actuar en consecuencia para evitar que el foco se propague.
Una vez retirada toda la capa de pintura procederemos a aplicarle una capa de tapaporos, para cerrar éstos y evitar que la madera chupe la pintura que le vayamos a dar, impidiendo conseguir un resultado homogéneo. También puede ser necesaria la aplicación de un producto fijador para permitir que la pintura agarre más fácilmente.
Después de que hayamos terminado de restaurar la madera podremos proceder a pintarla.
