Los trabajos estéticos en el jardín son como una manera de moldear el barro, ya que se pueden crear unos conjuntos, unas formas y un colorido acorde con los gustos de cada uno. Una posibilidad que cada vez cuenta con más adeptos consiste en incluir a la entrada del jardín algún conjunto de flores en forma de escudo, con un saludo de bienvenida o que esboce cualquier otra imagen.
El efecto que se logra con estas composiciones resulta realmente fascinante y si se pone en práctica se podrá apreciar que es más sencillo de lo que parece. Principalmente se necesita una buena planificación y, si se trata de la primera vez que se realiza, conviene no ponerse retos muy complejos.
Para organizarse, la mejor fórmula radica en empezar a trabajar sobre el papel. Es aconsejable determinar qué imagen es la que se desea simular, heráldica familiar, letras o simplemente formas geométricas, y es recomendable tratar de plasmar trazos muy sencillos. Con el contorno planificado, es preciso dar color al diseño y, por último, también se puede poner nombre de plantas al colorido y al contorno elegido, tratando de realizar las mejores combinaciones.
Siguiendo estos prácticos y sencillos consejos puede introducirse en una nueva y agradecida vertiente de la jardinería.
