El salón es una de las estancias en las que más tiempo pasamos. Suele estar saturado de muebles y se tiende a dejar poco espacio para circular. Las mesas de centro, a pesar de su innegable efecto decorativo recortan mucho espacio y quitan movilidad. Con cuatro maderas y un poco de ingenio se puede construir una pequeña mesa con ruedas que se pueda ubicar en cualquier lugar del salón. Lla parte superior puede ser utilizada para posar vasos y las dos baldas inferiores para guardar revistas, cartas o lo que nos pase por la cabeza. La instalación de unas ruedas hace de este pequeño mueble un comodín ideal que apenas ocupa espacio y que puede ser decorado, forrado en tela o colocarle pequeños elementos decorativos. Las posibilidades son infinitas.