Si las hojas de sus ejemplares amarillean es un claro síntoma de falta de algún tipo de nutriente en el sustrato sobre el que se sustentan que contribuya a su normal desarrollo.
En el mercado podrá encontrar diversos compuestos reverdecientes. Se trata de mezclas de microelementos quelatados, magnesio y hierro que facilitan que cualquier ejemplar realice el proceso de fotosíntesis y así logran que las hojas estén verdes y las flores sean más coloridas.
Un consejo para emplear cualquier tipo de producto sobre todas sus plantas es seguir a rajatabla las instrucciones del fabricante, tanto en la cantidad de la dosis como en su periodicidad de administración, sin caer en la tentación de forzar el proceso empleando grandes cantidades.
Tenga en cuenta que este tipo de productos no son abonos, simplemente ayudan a corregir algunas de las carencias nutricionales detectadas para lograr que el ejemplar recupere su colorido original. Por lo tanto no deberá emplearlos como sustitutos del abono, ni dejar de utilizar éste, sobre todo cuando las plantas vayan a florecer, porque lo único que conseguirá será acortar el periodo de floración y que ésta sea menos intensa.
No debe aplicar estos compuestos en días calurosos, ni en las horas centrales del día. Tampoco es conveniente que aplique estos productos de manera preventiva o sobre ejemplares sanos, con la intención de mejorar su aspecto. Es una medida contraproducente que puede afectar a la salud de las plantas.
Debe lavarse bien las manos tras manipular y aplicar este tipo de reverdecientes. De lo contrario podría dejar sus restos sobre otra planta, en otra maceta o sustrato, sobrealimentando, sin saberlo, sus ejemplares.
Una vez abierto el sobre que contiene el producto, consérvelo sólo hasta la fecha de caducidad indicada en el envase. Utilizado a posteriori puede ser contraproducente. Además, asegúrese de guardar estos productos fuera del alcance de niños y mascotas porque son muy tóxicos, motivo por el que deberá de emplear guantes mientras los esté administrando.