La humedad y el calor se encuentran siempre presentes en nuestros cuartos de baño, lo que hace que los muebles, ya sean de madera o metálicos, sufran en exceso debido a los cambios de temperatura. Estos cambios provocan que la madera se dilate o se pudra, y también pueden aparecer en el metal manchas de oxidación, a causa de la humedad.
Si los muebles tienen partes de metal, como los tiradores, es necesario que estén tratados con materiales antioxidantes. Para los de madera es recomendable emplear aquellas de gran resistencia y habituadas a encontrarse a la intemperie, aunque se trata de materiales muy caros. La madera del cerezo también es una buena opción debido a su belleza y gran resistencia.
Para proteger los muebles de madera que construyamos debemos aplicarles una masilla para tapar las grietas entre las diferentes uniones. Lije la masilla hasta conseguir un acabado fino y uniforme y elimine los restos con un paño mojado en alcohol.
También es necesario comprobar que las uniones entre las diferentes partes del mueble están bien sujetas, y que éste es lo suficientemente resistente como para albergar los objetos que necesitamos que guarde en su interior. De esta forma evitaremos que los movimientos provocados por las contracciones de la madera dañen en exceso la estructura del mueble.
Para protegerlos frente a la humedad es recomendable emplear pinturas de gran calidad, aunque previamente podríamos aplicar selladora sintética, para impermeabilizar su superficie y facilitar el agarre de la pintura. En esta situación sería recomendable emplear esmalte laca, ya que conseguimos un acabado más vistoso y brillante. Es recomendable darle al mueble varias manos, lijando su superficie entre cada una de ellas, una vez que el esmalte esté completamente seco. Respetar los tiempos de secado permitirá que la pintura se fije correctamente y no se resquebraje, lo que protegerá mejor la madera.
