Consejos para mantener sanas las plantas variegadas

Debido a una falta de clorofila, su cuerpo, en mayor o menor parte, no es de color verde
Por EROSKI Consumer 8 de junio de 2004

Las plantas variegadas, aquellas que presentan en sus hojas diversos colores debido a una falta de clorofila, son mucho más delicadas que cualquier otro tipo de ejemplar, ya que son más propensas a contraer plagas y enfermedades que las plantas de hoja verde.

Excepto por sus necesidades de luz solar, sus cuidados esenciales no difieren mucho del resto de ejemplares. Sin embargo, sí requerirán de mayores cuidados y atenciones, sobre todo a la hora de abonarlas, porque toleran peor los errores de cultivo y un exceso de abono puede hacer que pierdan su variedad de colores y que sus hojas sean exclusivamente verdes.

Tampoco conviene excederse con el riego, por lo que hay que tener siempre en mente una regla de oro del mundo de la jardinería «siempre es mejor quedarse corto que excederse»: Los excesos son más difíciles de solventar en cualquier planta que un defecto en sus necesidades nutricionales y también puede llegar a morir si no es capaz de procesar el exceso de nutrientes y drenar todo el agua de riego.

Las variegadas son plantas con unas necesidades lumínicas muy particulares y no se les puede ofrecer cualquier emplazamiento. Deben estar expuestas a la luz indirecta, aunque hay ejemplares como el crotón o los cóleos que no respetan esta norma general de las variegadas, ya que necesitan y toleran una luz intensa e incluso algunas horas de sol directo para poder mantener su intensidad y su gama cromática.

Debe evitar plantar las variegadas en tiestos o jardineras sin agujeros de drenaje porque no soportan los encharcamientos. Para mejorar el drenaje del tiesto, coloque unos pequeños trozos de un tiesto que esté roto o, si no dispone de unos castotes de cerámica, puede colocar unas bolsitas de té ya utilizadas.

Aunque no aparezcan plagas, aplique tratamientos preventivos durante la primavera para evitar su posible aparición, porque estos ejemplares son mucho más vulnerables a los agentes agresores externos. Las corrientes de aire tampoco les hacen ningún bien, ya que provocan la caída de sus hojas.

A pesar de las mencionadas dificultades que conlleva su cultivo, también existen ejemplares de interior más sencillos de cuidar como la aglaonema, el singonio, la peperomia, la diefembaquia o una con un nombre más fácil de recordar, el potos.

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