Convertir una puerta normal en una corredera

Se consigue que una habitación pequeña gane un espacio considerable
Por EROSKI Consumer 9 de abril de 2002

Hay habitaciones de la casa excesivamente pequeñas en las que es conveniente que la puerta que da acceso a ella sea corredera. Una puerta normal quita un porcentaje de espacio enorme. Una buena fórmula es convertir una puerta normal en corredera. Para ello se necesita un perfil de guía de una anchura que doble a la de la puerta, dos rodillos, dos soportes, un guiador y dos topes de puerta.

En primer lugar se quita la puerta y se desatornillan todas las bisagras que antes la unían con el marco. A continuación será necesario hacer un agujero en cada esquina del canto superior de la puerta con un taladro. El agujero se realizará con una broca de 10 milímetros y a una profundidad de 2,5 centímetros, y a 1/6 de la anchura total de la puerta. Después habrá que hacer una muesca para que encaje la pletina del soporte de la puerta y atornillar.

Después es necesario hacer una regata de un extremo a otro del canto inferior de la puerta con una anchura de un centímetro y una profundidad de centímetro y medio. Por esta regata será por donde pase el guiador.

A continuación se pondrá el soporte en ángulo a la guía y se atornillará a la pared. La parte de debajo de la guía deberá estar a 3 centímetros de la parte superior de la puerta. Es importante que no se pase por alto el nivelar la guía para demarcar los agujeros de la pared. Después se meterán los rodillos.

Se fijarán los frenos en los extremos de la guía y se atornillarán los rodillos. A continuación será necesario sujetar el guiador inferior al suelo. Para ello será necesario abrir la puerta a tope y ocultarlo para que no se vea el espacio muerto que queda.

Para colocar la puerta, se colgará por los soportes superiores en los rodillos y se apretarán las tuercas. Para regular la altura a la que quedará la puerta se utilizará un tornillo que lleva el soporte para que no roce el suelo. Una vez la puerta quede ajustada se aprietan todas las tuercas y tornillos de los frenos del tope. La puerta estará ya dispuesta para ser utilizada y la habitación habrá ganado un importante espacio.

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