En el mes de abril comienza a notarse cada vez más el aumento de las horas de luz, algo que sin duda influye en la vida de las plantas. Los ejemplares comienzan a despertar de su letargo invernal para iniciar su frenética actividad vegetativa al contar con la inestimable ayuda de los rayos solares.
Como esta nueva situación va a requerir un desgaste de energías muy alto para las especies que florecen en primavera, es importante llevar a cabo una serie de acciones que aseguren el aporte vitamínico y nutritivo necesario a las plantas de interior:
–La superficie de los tiestos debe estar convenientemente removida para filtrar perfectamente el aporte de agua extra y los nutrientes que se le van a aplicar a la planta. Para lograrlo deberemos pinchar la tierra e incluso removerla ligeramente, pero con mucho cuidado para no dañar las raíces del ejemplar.
–También conviene añadir a la parte más superficial de la maceta una pequeña cantidad de tierra nueva y buena, con lo que le estaremos dando un aporte extra de nutrientes.
–Procure abonar todas las plantas con los fertilizantes adecuados, tanto si van a florecer como si comienzan a perder las hojas en la parte inferior del tronco, tal y como ocurre con frecuencia a potos y filodendros.